miércoles, 9 de abril de 2008

IMPORTANTE

Ey!
Queríamos decirles que ya está reimpreso El Machete #1, que podés pedirla en la facultad de Humanidades, en la mesa de aule (Planta Baja), o en el Centro Social y Cultural Olga Vázquez (60 e/ 10 y 11). El precio es de $2 a colaboración para que podamos imprimir el #2, que estamos trabajando ahora.
L@s esperamos!

Reflexiones sobre el acto de empuñar (o esconder) un machete

“Cómo olvidar aquella puerta del baño en el Colegio Industrial que rezaba ‘La escuela es una selva, se atraviesa a machetazos’... El machete nos remite a uno de los primeros artilugios para burlar una de las instancias más arbitrarias del sistema educativo, el examen. El machete como una de las primeras herramientas de resistencia que ha tomado a lo largo de la historia distintas morfologías, hoy podemos encontrar en la Web páginas donde se pueden “subir” machetes para compartir (y globalizar la resistencia), sitios donde se sistematizan formas de confeccionar un machete (con fotos y todo!!) y otros donde crear un machete virtual para luego consultar con el celular desde el aula.
La ronda que escuchaba estas palabrasEs que el machete implica también creatividad, no es fácil hacerse un buen machete, donde podamos sintetizar conceptos o fórmulas. Se trata de la síntesis, de “ponerle cabeza” y también de ponerle el cuerpo. Claro que se trata de ponerle el cuerpo porque llevar un machete es oficiar de “contrabandista”, porque una cosa es hacerte un machete en tu casa y otra cosa es usarlo. Usarlo en un examen implica una actitud que neutralice los nervios, transpirar por la espalda si es necesario para que no se note en la frente. Recuerdo compañeros del colegio que permanecían inmutables ante la mirada acusadora del docente, ni un pelito se les movía a los tipos. Mirada cargada de venganza y de impotencia porque ante semejante puesta en escena tampoco se lograba descubrir del todo que es lo que pasaba detrás de la artimaña. No debemos olvidarnos de las miradas buchonas de compañeros que se morían de envidia ante la entereza del tramposo, miradas que no querían dejar de hacer notar que ellos sí los habían descubierto. Éstos eran los mismos compañeros que cuando el docente entregaba las notas y obtenían menor calificación que el pillo dejaban deslizar suavemente entre sus labios la acusación “así cualquiera… la próxima me copio como Fulanito”.
Tampoco se puede negar que confeccionando machetes uno también aprende y llegada la instancia de la evaluación si no supieron darnos las herramientas es legítimo que uno se las construya.
Con todo esto tampoco debemos hacer un culto a la trampa porque al fin y al cabo la trampa puede ser contra uno mismo y es necesario formarnos con responsabilidad… peeero el sistema, sus instancias de evaluación y control muchas veces despiertan este sentimiento de pequeña rebeldía ante la asimetría de poder entre el docente y el alumno (el “sinluz”). Poder que se sustenta en un sistema que sólo intenta “formatear”, ordenar, ponernos un delantal, un nombre, un apellido, un número de legajo y una calificación (listos para el mercado de trabajo). Al decir de Foucault, así como el manicomio es el lugar donde el loco actualiza su locura podemos decir que el sistema educativo formal es el lugar donde uno actualiza su ignorancia, el lugar donde el Estado tiene el poder de decir si uno está preparado o no, educado o no. Qué es la hoja en blanco antes empezar un examen sino la concepción que tienen muchos docentes sobre uno, concepción de que uno llega hasta esa instancia “en blanco”, hasta demostrar lo contrario. Encima lo primero que atinamos a hacer es a poner la fecha, nuestro nombre y número de legajo...
Volviendo a la frase del inicio es bueno retomar también la acepción del machete como herramienta de trabajo y de lucha. Recorriendo un poco la historia de los pueblos de Latinoamérica, el machete ha sido arma de defensa ante la amenaza extranjera, ha sido herramienta de trabajo en la zafra, en los montes, en la selva. El machete como la posibilidad de abrir un atajo, de nuevos caminos. Es por eso que antes que nada debemos entender que las herramientas que construimos los hombres y mujeres tienen que ver con mejorar las condiciones de vida, transformar el medio y transformar al hombre. En este sentido, hay que entender también que depende de las circunstancias, es necesario cambiar de herramientas o también transformarlas para un nuevo uso: así, “El Machete” –la revista- viene a formar parte de esta caja de herramientas que vamos construyendo entre todos y todas. “El machete” dejará de ser de uso personal, para que a medida que lo transformemos sea otra herramienta en manos del colectivo...”
Por Damián Lambusta
(estudiante de Sociología, integrante de La Fragua, FPDS)

sábado, 5 de abril de 2008

:::: contratapa

Ante tanta devastación irrumpen con furia alegre, nuevos movimientos sociales en los cuales se generan procesos de subjetivación alternativos, desde los que se busca construir nuevas relaciones sociales.
La autonomía, la democracia directa, la formación, la lucha, entre otros, son los principios que construimos como ejes articuladores de las múltiples prácticas que llevamos adelante cuando pensamos en estas nuevas relaciones sociales, porque intentamos dar cuenta de la necesaria cotidianeidad del cambio social. Así, levantamos la bandera de la educación popular: “La educación popular (...) como dimensión pedagógica de los procesos de resistencia y de creación de poder popular, como espacio para la teorización de las nuevas prácticas populares y de creación colectiva de conocimiento, como pedagogía de los oprimidos y oprimidas, pedagogía de la indignación, de la rebeldía, de la rabia y de la esperanza”. [C. Korol -Prólogo a Pedagogía de la Resistencia- ]

::: aule ::: COPA Estudiantil ::: Frente Popular Darío Santillán

Invitación

Una invitación…

“las fronteras se besan
y se ponen ardientes”
Canción urgente para Nicaragua // Silvio Rodríguez

Como dijimos en la editorial: este es un espacio abierto. Y es un espacio de encuentros.
Las experiencias, los pensamientos, las ideas acá expresadas son principalmente una invitación. En primer lugar, a discutir con ellas y construir posturas propias. En segundo lugar a participar de este espacio: compartir nuestras experiencias, pensamientos, críticas e ideas sobre nuestra formación, sobre la educación o nuestro rol en la sociedad es una tarea que tal vez nos debemos como personas convencidas de hacer la historia.
La universidad no es una isla, siempre se dice, pero hay fronteras… y muchos compartimentos: los profesores por un lado, los graduados por otro, los trabajadores, maestros y maestras, estudiantes, niños y niñas, talleristas, artistas -y titiriteros-, intelectuales, distintos profesionales, cada uno en su encuentro, en su barrio, su congreso, su aula, y muchos en sus quintitas.
La universidad no es una isla, pero hay fronteras, y queremos que esas fronteras, como dice Silvio, se besen con otras, ardan y produzcan alegre y enamoradamente el mundo que queremos.
La invitación queda hecha.

Podés escribirnos a educacion.aule@gmail.com, mandar artículos o comentarios, preguntas, o lo que sea. También podés acercarte a la mesa de aule, en la planta baja.

Educación Popular y Salud

El mundo está siendo

Ana Dumrauf y Silvina Cordero
(Profesoras
Didáctica de las Ciencias Naturales
Cs. de la Educación - UNLP)


El mundo no es. El mundo está siendo.
Mi papel en el mundo, como subjetividad curiosa, inteligente, interferidora en la objetividad
con que dialécticamente me relaciono, no es sólo el de quien constata lo que ocurre
sino también el de quien interviene como sujeto de ocurrencias.
Paulo Freire, Pedagogía de la autonomía, 1997.



Entre septiembre y diciembre de 2006 desarrollamos en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación un seminario de grado, abierto a la comunidad, cuyo pomposo título fue “Educación ambiental y educación para la salud: estrategias didácticas para su abordaje en ámbitos de educación no formal”, pero que, de entrecasa terminamos llamando Educación Popular y Salud. Este espacio surgió de la demanda de estudiantes de Ciencias de la Educación y otras carreras de la Facultad, en su mayoría participantes en organizaciones sociales que llevan a cabo trabajo barrial. Ellos y ellas traían sus angustias, ansiedades y preocupaciones, generadas tanto por la gravedad y diversidad de problemáticas de salud compartidas en los barrios, cuanto por la sensación de carencia de saberes y herramientas para contribuir y apoyar la organización barrial en la búsqueda de soluciones solidarias y colectivas. Como docentes de la Facultad, y acompañadas por Adriana Mengascini, Mariana Sanmartino, Manuel Krol, Damián de Paula y Natalia Funk, biólogas, médico y estudiantes de medicina respectivamente, integrantes del grupo de Salud Campesina, decidimos asumir el desafío de abrir un espacio en la Facultad en el que pudiéramos compartir nuestra experiencia de trabajo conjunto con el Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero (MoCaSE) – Vía Campesina y los saberes que allí construimos para la formación de promotores de salud[1].
Fueron diez encuentros semanales de mutuo aprendizaje y reflexión en los que abordamos un temario, definido de común acuerdo con las y los participantes, que abarcó:
· El taller como estrategia pedagógica: roles, supuestos y planificación.
· Concepciones de salud y enfermedad. Promoción y protección de la salud.
· Relación entre saberes populares y académicos.
· Derechos en salud.
· Análisis crítico del modelo médico hegemónico. Sistemas de salud: rol del estado, la comunidad y las organizaciones sociales.
· Promoción de la salud sexual. Anátomo-fisiología de los sistemas genitales femenino y masculino. Prácticas anticonceptivas. Interrupción del embarazo. Análisis crítico desde las perspectivas socio-política, moral, religiosa, filosófica e histórica.
Partiendo de considerar que en la salud se expresan las relaciones sociales en general, a la vez que es producida por éstas, y los vínculos personales en particular, pensamos este seminario como un aporte a la problematización de las relaciones sociales de desigualdad y a la promoción de mejores vínculos y condiciones de salubridad-libertad. Por otro lado, quisimos brindar formación a los participantes en prácticas de protección y promoción de la salud personal y comunitaria. Y por ser, además, la salud uno de los derechos humanos inalienables, también pretendimos ofrecer conocimientos acerca de los derechos en salud. Finalmente, y como actividad de cierre y evaluación de lo aprendido, trabajamos en el diseño de propuestas didácticas coherentes con el marco educativo abordado, que tomaran al entorno local y las situaciones de la vida cotidiana como punto de partida.
En la evaluación conjunta realizada al final del Seminario, los asistentes rescataron como positivo la heterogeneidad del grupo (en cuanto a diferentes trayectorias previas), la metodología de abordaje de los aspectos anátomo-fisiológicos de los sistemas genitales femeninos y masculinos, la posibilidad de realizar un “balance parcial” aproximadamente en la mitad del Seminario (que se pensó como una forma de evaluación continua, para el ajuste de la propuesta), la generación de dudas e interés por continuar profundizando en algunos temas (un participante escribió: “Tengo un revoltijo de ideas e inquietudes. La culpa la tiene este seminario”) y la posibilidad de vivenciar contradicciones a través de las estrategias utilizadas (por ejemplo la dramatización de diversos modelos educativos o la construcción colectiva de una historia de vida). También señalaron algunas debilidades del seminario, como el abordaje escogido para el tratamiento de las cuestiones legales vinculadas a la salud y la falta de participación de personas provenientes de ámbitos no universitarios (“Me apenó que no viniera la gente de los barrios”). También plantearon autocríticas, centralmente con relación al no cumplimiento de la totalidad de las lecturas extra-clase propuestas.
La creación de este espacio en el contexto de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP, su modo de desarrollo y características, pretende ser coherente con algunos presupuestos compartidos de nuestras actividades de docencia, investigación y extensión. En palabras de Huergo (2005), “El primero es reconstruir el compromiso entre la Universidad y sus actores con el campo de los movimientos, organizaciones y polos sociales populares y/o transformadores. El segundo, hacerlo desarrollando una perspectiva crítica en sus distintos sentidos. El tercero, asumirnos (como institución y como universitarios) engendrados por esta sociedad en crisis y transformación. El cuarto, reconectar lo que algunos estudios (socioculturales, de comunicación y de educación) han mantenido divorciados: el discurso crítico con una ética de la acción”.
[1] En este año 2007 formalizado como Proyecto de Extensión de las Facultades de Humanidades y Ciencias de la Educación, Medicina, Trabajo Social y Ciencias Naturales y Museo, con el título “Formación de promotores de salud como estrategia educativa innovadora para la transformación de situaciones de desigualdad”.

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Educación Popular
y Promoción de la Salud // 2007
otro espacio para pensar, en nuestra currícula.


Si alguien asoma una mirada curiosa por las puertas del aula 205 un jueves entre las 16 y las 20 hs. se encontrará con una situación que le producirá o bien mucha risa, o bien mucha sorpresa... Afiches en el piso con dibujos de personas hechos con verduras, un montón de gente golpeándose mutuamente al compás de música afrolatina, o saltando y gritando cada vez que Silvina grita “culebra” son algunas de las escenas que vienen dando la nota de color a la facultad de Humanidades por estos días.
¿Por qué en nuestra facultad no hay Educación Popular? ¿La educación formal es incompatible con ella? Pocas veces escuchamos estas preguntas en las aulas: docentes y estudiantes de educación van acordando tácitamente su contrariedad… y algun@s poc@s empezamos a sentir que esto tiene que cambiar.
Este año, l@s estudiantes que formamos parte del equipo de producción de esta revista nos reunimos con algunas docentes de la carrera de Cs. de la Educación con el objetivo de pensar conjuntamente sobre nuestra formación. Esto surgió como necesidad a partir de encontrar grandes y angustiantes brechas entre los contenidos académicos y los problemas de nuestras prácticas en los barrios o en la universidad, y de la alegre decisión de construir puentes entre esos espacios, entre los saberes y preguntas que se construyen en esas prácticas y el saber científico o erudito; entre docentes, trabajadores, estudiantes y jóvenes con experiencias en educación popular y los que no los tienen; entre estudiantes de diferentes carreras, de distintas generaciones, entre profesores con cosmovisiones similares y entre esos profesores y los y las estudiantes con las mismas inquietudes… Del encuentro con María del Carmen, Ana y Silvina (las tres profesoras en la carrera), de la decidida y compartida voluntad de hacer algo, del trabajo conjunto y la perspectiva colectiva, surgió esta propuesta: articular la experiencia del seminario 2006 y la trayectoria y formación de María del Carmen con todos nuestros deseos de contagiar todo esto a partir de crear espacios concebidos desde la educación popular y el compromiso social. La cantidad de participantes y la responsabilidad generada nos convencen que podemos haber muchos “sujetos de ocurrencias”, que pensamos que “el mundo está siendo” y así la universidad…

Infancia, pedagogía y Política

Una mirada desde los movimientos sociales argentinos
Virginia Henry // Juanito Laguna en el FPDS
(Graduada de Ciencias de la Educación)


“Cualquiera que emprenda la tarea de escuchar
las respuestas de los niños, es un espíritu revolucionario.”
(Francoise Dolto)

"Los grandes nos molestan,
hacen payasadas y nos hacen llorar
y nosotros gritamos hasta el cielo
Ahhh!"
(
canción hecha por niñ@ del Taller de “Mini Hip Hop” del
Club Deportivo y Recreativo Villa Argüello, Berisso)

“É um, é dois, é três. Já aprendemos a contar.
É quatro, é cinco, é seis. Agora nós vamos parar.
Um tempo pra gente brincar, antes de chegar a mil.
Em nome da Reforma Agrária, iaiá,
Um viva á Ciranda Infantil.”
(Canto de l@s niñ@s de la “Ciranda Infantil”
del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra de Brasil)

Las ideas plasmadas en este artículo son posibles gracias a reflexiones –muchas veces acompañadas de discusiones colectivas- sobre mi propia práctica como militante y educadora en una experiencia de educación alternativa con niños y niñas de un barrio marginal de Berisso. La mayoría de ellas están relacionadas a la necesidad de repensar los propósitos, sentidos, formas y concepciones de infancia que adquieren algunas actividades educativas alternativas destinadas a niños y niñas e impulsadas desde movimientos sociales con claras intenciones de cambio social.
Pero pensar lo anterior, es casi imposible sin ligarlo a dos cuestiones. En primer lugar, a las relaciones entre infancia, pedagogía y política y, para nuestro caso, las relaciones que históricamente ha habido entre infancia y movimientos sociales latinoamericanos. Es inevitable –para el caso argentino- hablar de infancia y política sin mencionar las actividades para niños llevadas a cabo desde el socialismo y el anarquismo, como así también sin dimensionar la fuerza que adquirió la cuestión de la infancia desde las políticas públicas peronistas de los años que van del 45 al 55. Del mismo modo, es necesario retomar algunas experiencias de talleres infantiles realizados en la década del 80 en Berisso, talleres que años después dejarían como saldos organizativos lo que vendría a ser el Movimiento de Trabajadores Desocupados de Berisso. La experiencia de educación infantil de las escuelas del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) o del Zapatismo no pueden tampoco pasarse por alto si hablamos de infancia y movimientos sociales. La segunda cuestión tiene que ver con los vínculos entre pedagogía alternativa y pedagogía hegemónica u oficial y las concepciones de infancia que han condensado o se están intentando construir de un lado y del otro.
Por último, planteo algunos interrogantes y desafíos que pueden servir como disparadores de discusiones a aquellos que están construyendo una nueva manera de pensar la infancia más allá del adoctrinamiento, el consumo y la moralización.

Infancia y movimientos sociales.
La relación de los movimientos sociales con la infancia es de larga data en Argentina. Ya a finales del siglo XIX y principios del XX los militantes anarquistas y socialistas desarrollaron actividades destinadas a los hijos de los obreros por afuera del sistema de educación formal. Desde la recreación, el arte, el contacto con la naturaleza y -para el caso del anarquismo- los contenidos políticos alejados del “patrioterismo y la religión” intentaban proponer – implícita o explícitamente- un modelo alternativo al de la escuela primaria oficial. Los recreos infantiles se posicionaban como “complementarios” a la escuela, mientras que las escuelas anarquistas pretendían posicionarse como alternativas al sistema de educación oficial. En su gran mayoría eran las mujeres del movimiento obrero las que organizaron las “Bibliotecas” y “Recreos infantiles” desde el socialismo y las que se encargaban de la educación de los niños en las escuelas anarquistas. Fueron estas mujeres también quienes cuestionaron a aquellas otras que - desde la iglesia católica y la oligarquía- emprendían actividades asistencialistas y de beneficencia para la “infancia en riesgo”. A las mujeres y a los niños y niñas los unía una misma situación de opresión social, la sufrida frente al hombre y frente al adulto.
Ya en la década del 40 y bajo el enunciado “los únicos privilegiados son los niños” - incorporado a las 20 verdades doctrinarias- , el peronismo puso en primera plana la cuestión de la infancia, emprendiendo desde el estado políticas públicas destinadas a niños y niñas que iban desde colonias de vacaciones a inmensos torneos deportivos. De este modo, -discursivamente y con la fuerza de las políticas universales- el peronismo contribuyó a achicar aún más las inmensas distancias entre política e infancia.
Como afirmamos anteriormente, en la década del 80 –década que algunos llaman “década perdida”- existieron experiencias de talleres infantiles llevadas a cabo por militantes de los años 70 en Berisso. Más precisamente, estos talleres comenzaron en 1984 en un centro cultural del barrio Nueva York y hacia 1989 se trasladaron a Villa Progreso realizando actividades también con adolescentes.
¿Cuál fue el destino de estas experiencias? Respecto de las Bibliotecas y recreos infantiles socialistas, algunos fueron desapareciendo, otros cooptados por modalidades dominantes de educación, otros tantos subvencionados por el estado – a pedido del mismo socialismo- . Peor destino esperaba a las escuelas que los anarquistas habían levantado para los hijos de sus militantes. La mayoría fueron cerradas a causa de la falta de presupuesto y sufriendo los avatares de la persecución a los militantes anarquistas. Para mediados de la década del 30 ya no quedaba más una escuela anarquista.
Con respecto a los privilegios de la infancia peronistas, somos testigos y vivimos en carne propia lo no privilegiados que vendrían a ser los niños para las políticas públicas que le siguieron.
No fue ésto lo que sucedió con los talleres infantiles que- como afirmamos al comienzo- se realizaron en Berisso durante la década del 80. Si bien no continuaron como talleres infantiles, dejaron un saldo organizativo, pudiendo nuclear – casi diez años después- a los niños que entonces participaban del taller. Muchos de aquellos niños son hoy militantes de la organización piquetera MTD (Movimento de Trabajadores Desocupados) de Berisso.
Actualmente, varios movimientos sociales latinoamericanos como el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra de Brasil (MST) y el Zapatismo tienen sus propias escuelas. El MST, por ejemplo, ha logrado incorporar a la infancia en la vida política del movimiento, tanto como una preocupación en tanto formación de futuras generaciones como en la construcción de espacios propios para los niños y niñas. Así fue que en 1986 el Estado de Ceará impulsó al colectivo nacional de educación a discutir por primera vez la cuestión de la educación infantil. Se crearon cursos de formación para educadores infantiles y empezaron a funcionar los “círculos infantiles” siguiendo la experiencia cubana. Retomando los juegos populares y la historia brasilera, esta experiencia se transformó en la “Ciranda Infantil”, un espacio donde los niños Sin Tierra juegan, cantan y cultivan la mística y los valores del MST.

La infancia desde la pedagogía oficial y pedagogía alternativa. Algunos desafíos...
Retomo ahora muy sintéticamente – y a riesgos de simplificar- los comienzos de la pedagogía como disciplina. Ella surge con una definición de infancia construida en la modernidad: Un niño que necesita la intervención de un adulto experto porque evidentemente “algo le falta”, es un ser incompleto porque no ha llegado aún al punto culmine de la evolución humana, la adultez. Sobre la base de este supuesto a) se forman recursos humanos especializados (maestros, especialistas en educación, mucho más tardíamente), b) se inventan dispositivos y tecnologías específicas (currículum, metodología educativas, etc., c) se construyen saberes que lo legitiman y refuerzan (psicología, ciencias de la educación) y d) lugares o espacios donde todas estas cosas se juntan como son las escuelas.
(…) propongo a aquellos que piensan que los niños y niñas tienen cosas valiosas para decir y que -al igual que los adultos- poseen representaciones del mundo y, por lo tanto, capacidad de actuar sobre él para transformarlo, que empecemos a pensar con ellos, a educarnos con ellos, a crear con ellos, a escribir con ellos, a jugar con ellos.Este supuesto de la incompletud infantil pareciera construirse sobre la incomodidad que genera todo lo que de inalcanzable, incógnito y enigmático posee la infancia. De aquí surgirían también los deseos obsesivos de la pedagogía, la psicología, el saber educativo, en general, por querer “darle” identidad, estatus de “conocido”, etiqueta de “esto es un niño, he aquí un niño” al ser humano en estado de infancia. Esto adquiere su punto máximo en la escuela, lugar donde los adultos muy soberbiamente -y vestidos educadores acompañados con un gigante dedo índice moralizador- se aseguran de conocer los estadios por los que pasa el niño cognoscitivamente, se vanaglorian afirmando las cosas que creen (y saben muy científicamente) que necesitan, que les gustan, que deberían gustarles, que tendrían que ser, hacer, mirar, leer, vestir, visitar, estudiar, pensar....
Creyendo saber que conocen a la infancia, los adultos se desvelan pensando instituciones para ellos, tareas para ellos, literatura (siempre con moralejas) para ellos, mercados para ellos, discursos (moralistas) para ellos. Justificándose en pensadores y tratados “pedagógicos” afirman la “docilidad” y “moldeabilidad” de los niños pero jamás piensan que ese discurso solo aplasta, oculta, opaca y somete la potencialidad energética, simbólica, creativa que cada niño -al igual que cada adulto- posee. Como afirma la llamativamente olvidada psicoanalista francesa Fracois Dolto:

“Los adultos tienen miedo de liberar ciertas fuerzas, ciertas energías que los pequeños evidencian y que ponen en cuestión su autoridad, sus conquistas, sus privilegios sociales. Ellos proyectan sobre los niños sus deseos contrariados, su malestar, y les imponen sus modelos.” (11: 1985)

¿Será eso lo que muy soberbiamente nos hace nombrar a la infancia como “los chicos” y a sus inquietudes, preguntas, cuestionamientos como “cosas de chicos”? Chico es el ojo de la aguja con el que la academia, el mercado, la escuela y los adultos miran a los niños.
La pregunta que me surge es ¿en qué medida aquellos que estamos pensando otra realidad y otra educación estamos pudiendo concebir a los niños de otro modo? ¿Cómo escaparles a los vicios de conquista y dominación de la infancia después de haber sido nosotros mismos niños y niñas escolarizados por varios años? ¿Cómo nos relacionamos como educadores populares con los niños de nuestros talleres, de nuestros barrios, de nuestras asambleas?
Creo que un proyecto político- educativo pensado desde un movimiento social que reivindica el cambio social, la dignidad, la igualdad de clase y de género no puede ver a los niños y niñas como sujetos pasivos y meros receptores de propuestas e ideas adultas. Por eso, tenemos varios desafíos al respecto.

En primer lugar, retomar las luchas y experiencias educativas que nos preceden y que han tenido intenciones de poner a la infancia en un plano distinto al del discurso educativo oficial y domesticador. Es decir, no empezamos de cero en esto. Hay mucho por retomar, así como por cuestionar en las experiencias anarquistas y socialistas de la Argentina de principios del siglo XX. Del mismo modo, no podemos desconocer lo que el peronismo significó al colocar a los niños como privilegiados en las políticas públicas. Por otra parte, reconstruir las vivencias que tanto como educadores y como niños tuvieron los participantes de los talleres de Berisso de los 80 – hoy todos compañeros nuestros- es una tarea importantísima para seguir avanzando en la construcción de un modelo alternativo de educación. Por último, las experiencias educativas infantiles llevadas a cabo por otros movimientos sociales latinoamericanos como el MST son ejemplo claro de que es posible sintetizar otra mirada de la infancia distinta a la imperante con reivindicaciones de transformación social.
En segundo lugar, propongo a aquellos que piensan que los niños y niñas tienen cosas valiosas para decir y que -al igual que los adultos- poseen representaciones del mundo y, por lo tanto, capacidad de actuar sobre él para transformarlo, que empecemos a pensar con ellos, a educarnos con ellos, a crear con ellos, a escribir con ellos, a jugar con ellos. Esto sólo es posible, en primer lugar, si como educadores rompemos con aldultocentrismo y aún nos dejamos inquietar, sorprender y conmover por la infancia y si, en segundo lugar, pensamos al acto educativo no como una conquista, una “donación” de identidad y de saberes sino como una comunión, un encuentro – para nada exento de tensiones- entre seres humanos niños y adultos, ambos incompletos.

Día del Maestro

11 de Septiembre de 2007 // “día del maestro”
(discursos escolares que poco tiene que ver con Sarmiento)



>> Homenaje a educadores y educadoras
Virginia Henry – Escuela nº 6 “Gabriela Mistral” de Berisso

Pensando en algunas palabras para leer en el día del maestro me surgieron dos preguntas: ¿A quién homenajear verdaderamente en este día? ¿No será que tendremos que empezar a ampliar la mirada y valorar el trabajo de hombres y mujeres que se entregan en la tarea de educar y no se encuentran sólo en las escuelas? Me pareció entonces dedicar mis palabras a los educadores y educadoras de la vida, a los que están en las aulas pero también a los que están en los talleres, en los barrios, a los que dios nos regala en la vida.
Pensé en hombres y mujeres que apasionadamente le ponen el cuerpo y el alma a una de las tareas más generosas que conocemos: la de compartir, distribuir, no guardarse nada de lo que saben, sienten y aprendieron.
Pienso en hombres y mujeres que te ayudan a descubrir y a abrir caminos, que impulsan sueños, que descubren energías en nosotros y ayudan a que las liberemos creativamente. Pienso en hombres y mujeres que acompañan aprendizajes sin invadir, que escuchan secretos sin moralizar, que corrigen sin acusar ni culpabilizar. Pienso además en aquellos y aquellas que entienden miradas, que extienden abrazos, que nos regalan palabras tan dulces y sanadoras como sacudidoras. Hablo también de los y las que ponen las fichas en nosotros cuando nadie pagaría un centavo. Hombres y mujeres apasionados y que saben despertar pasiones, que disfrutan y enseñan a disfrutar del conocimiento, el arte y la cultura. Hombres y mujeres que nos abren las puertas para ir a jugar, que dibujan con nosotros rayuelas de vida, que nos invitan caramelos de esperanza y le cantan “piedra libre” a la indiferencia, a la resignación y al olvido. Hablo de hombres y mujeres que promueven la pregunta, el asombro frente a lo cotidiano. Hombres y mujeres que entienden rebeldías, que trabajan con compromiso por la igualdad, la justicia y la libertad. Hablo de hombres y mujeres que se animan a pensarse y a pensarlo todo de un modo diferente y trabajan para construirlo aquí entre nosotros. Me pareció que era bueno terminar con unas hermosas palabras del gran educador brasilero Paulo Freire: (Los educadores) intervenimos en el mundo a través de nuestra práctica concreta, intervenimos en el mundo a través de la responsabilidad, a través de la intervención estética, cada vez que somos capaces de expresar la belleza del mundo. Justamente en la medida que nos tornamos capaces de intervenir, capaces de cambiar el mundo, de transformarlo, de hacerlo más bello o más feo, nos tornamos seres éticos (...) la tarea fundamental de educadores y educadoras es vivir éticamente, practicar la ética diariamente con los niños y los jóvenes. Lo importante es el testimonio que damos con nuestra conducta. Porque inevitablemente cada clase, cada conducta es testimonio de una manera ética o no de afrontar la vida.”
Me pareció importante también aprovechar la ocasión para recordar al docente Carlos Fuentealba, asesinado este año en Neuquén.
A él y a todos aquéllos y aquéllas que piensan la tarea de educar como una actividad ética, política y espiritual de transformación mis palabras de homenaje en este día.

>>> Sarmiento ¿autor intelectual?
José Kiefel – Escuela Media Nº 26

En esta fecha, históricamente, se asocia la figura de Sarmiento a la tarea docente, la educación del pueblo, el sistema educativo nacional y la importancia de llevar a cada rincón de la patria una escuela… Durante mucho tiempo los docentes nos hemos formado en el paradigma de la escuela de Sarmiento….
Hoy simplemente quisiera puntualizar otros aspectos de nuestra labor, tal vez ya escuchados, pero que vale la pena volver a pensar…. ¿Quién era el pueblo de Sarmiento? ¿Dónde estaban depositadas las esperanzas de este hombre? ¿Cuál era su proyecto de país y quiénes entraban en él? Tal vez llevar a fondo estas preguntas nos permitiría también entender mucho de la historia de nuestra escuela y del rol que se nos asigna a los docentes dentro de la sociedad capitalista.
Simplemente leer tres escritos de Sarmiento donde expresa sus ideas sobre lo americano, sobre el indio, sobre el gaucho… sobre la gente de esta tierra…
“Cualquiera que estudie los instintos, la capacidad industrial e intelectual de las masas en la Argentina, Chile y Venezuela y otros puntos, tiene ocasión de sentir los efectos de aquella inevitable pero dañosa amalgama de razas incapaces o inadecuadas para la civilización ¡Qué hábitos de incuria, que limitación de aspiraciones, qué incapacidad absoluta de industria, qué rebeldía contra todo lo que pueda conducirlas a su bienestar, qué endurecimiento en fin, en la ignorancia voluntaria, en la escasez y las privaciones de que pudieran si quisieran librarse; qué falta tan completa de todos los estímulos que sirven de aguijón a todas las acciones humanas! Educación Popular)”
Y en carta a Mitre después de Pavón “No trate de economizar sangre de gaucho. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de humanos” y otra vez a Mitre sobre el Chacho Peñaloza “Si se mata esa gente cállese la boca. Son animales bípedos de tan perversa condición que no se que obtenga con tratarlos mejor “
Lo americano es lo bárbaro y lo bárbaro no entra en la historia del mundo… La historia es Europa, es la civilización. Lo bárbaro es lo destinado al fracaso… En su proyecto no entran ni indios, ni criollos, ni toda esa gente de piel oscura de la América profunda… Si se da la posibilidad, no escatimemos esa sangre que es lo único que tienen de humano… Curiosamente la civilización de Sarmiento y de otros personajes destacados de la política y los medios de comunicación actuales (Bush, Macri, Sobisch) se construye sobre la muerte, la exclusión y la sangre ¿Qué tipo de civilización es ésta? Una civilización que viene chorreando sangre y lodo entre el lujo y el buen gusto… Y este proyecto persiste… Se sigue construyendo una aparente civilización a expensas de los que perdieron siempre. Se priorizan las necesidades del mercado por sobre el hambre de nuestros chicos… Vale más una ruta despejada que la vida de una persona… El gobernador de Neuquén cumplió con su deber, puso “orden”, tenía que garantizar la sagrada libertad de tránsito (sobre todo si se trata de mercancías, turistas o mano de obra barata).
Por eso hoy me parece importante rescatar la imagen y el camino emprendido por Fuentealba. Su esposa Sandra Rodríguez dijo de él:
”Quiero hablarles con la sencillez que siempre tuvo Carlos y con el respeto y la honorabilidad que lo caracterizó. (…) Porque era un hombre de campo, de principios, un hombre grande con mayúsculas. Es por ello que sus hijas y yo también lo somos y podremos continuar viviendo, debemos seguir viviendo. Como dijo mi hija, para hacer justicia, para que algo cambie en este mundo, el mundo en el que él creía que debía ser más equitativo y más digno. Él fue la mezcla de la naturaleza, de la gente, de la lucha, del esfuerzo diario.
Porque él fue un obrero, un empleado, un maestro, recorrió un camino largo para llegar a estudiar y ser maestro. Fue influenciado por mí y mis catorce años de docencia que tenía en aquel momento. Padecimos la pobreza bancándonos juntos para lograr nuestros sueños. Él, con dos títulos, y yo, con cuatro, como docentes todavía seguimos peleando el mango. Esto sólo lo pueden entender los trabajadores como nosotros, peleándolo de una sola forma, militando en la vida, en la calle. No hay forma de referirme a él mucho más que con esta palabra que aunque no me gusta es la verdad.
Fusilaron a mi Carlos y con él a toda mi familia.
Así también dio vida y dio fuerza a cada alumno, a cada compañero, a cada amigo, a sus familiares y a los trabajadores. No existe consuelo para esto, todos nosotros debemos ser responsables y luchar para que su muerte no quede impune. En este sentido exijo que el culpable que jaló el gatillo sea condenado. Cárcel. Y aquellos que ejecutaron las órdenes son tan responsables también.
Y al Señor Gobernador, como le dicen algunos, el que dio la orden, para mí esa orden fue como jalar el gatillo. Y si es tan responsable como dice, sabe que le cabe renunciar. Y si le duele tanto que mi Carlos, el maestro, haya muerto, es su deber moral hacerlo. Carlos me enseñó a no bajar los brazos... te lo digo Carlos, a vos mi amor, no los estoy bajando. Hasta siempre”.
En su accionar nos demostraba que creía que la verdadera barbarie es la que margina al otro, la que deja a padres de niños sin trabajos (de esos niños y jóvenes que llegan a nuestros colegios y que se nos pide formemos para el trabajo), la que acumula y muestra riqueza impúdicamente mientras otros se mueren de hambre, la verdadera barbarie es la que deja que la educación y la escuela se caigan a pedazos; la que considera que la educación es un privilegio sólo de los que pagan; la de los gobiernos que dicen que su prioridad es la educación y acusan a sus docentes de extorsionadores, o los matan o los pasan por arriba con una camioneta…
Contra esa barbarie luchaba y trabaja Carlos Fuentealba… en el aula y en la ruta y por eso también creo que nos abre un camino… Los docentes, como trabajadores de la educación, debemos aprender a sentir como propias las luchas del resto de los trabajadores, ocupados y desocupados, y defender el derecho que todos tenemos a resistir la opresión y construir un mundo mejor.
No es extraña la muerte de Carlos Fuentealba. Hay muchos que piensan que lo único que tienen de humano son la sangre y que poca cosa se pueden esperar de estos bípedos que cortan rutas, son muchos los que piensan en sacarse de encima los que ellos mismos generaron.
Tal vez parezca aventurada una idea que les quiero sugerir… estamos pidiendo el juicio y castigo por los autores materiales e intelectuales de este asesinato… Me pregunto si detrás de las armas que dispararon y disparan contra tantos Fuentealbas de nuestra tierra no están las ideas de personajes como Sarmiento. ¿Acaso no es Sarmiento también un autor intelectual? Sea como sea nuestro ser docente ya no debería beber en esta aguas recicladas del poder, ya no quiero cantar:
¡Gloria y loor! // Honra sin par // para el grande entre los grandes, // Padre del aula, Sarmiento inmortal!
Me parece que en Fuentealba hay otro camino, otra lucha, otra apuesta y es en esa fuente abonada con sangre (sangre india, criolla, latinoamericana y con orgullo) de donde podemos partir.

¿Qué andará haciendo?

Esta es una sección especialmente pensada para entablar una relación con l@s graduad@s de ciencias de la educación, para conocer sobre las incumbencias profesionales de la carrera, las miradas que se van construyendo sobre la misma y desde ella sobre la realidad.

En esta ocasión entrevistamos a Vanesa Jurado (graduada en 2005, con el plan 86) que compartió con nosotros cómo ha construido a través de la experiencia su forma de pensar nuestra carrera y el rol social del educador.

- Bueno, para comenzar queríamos que nos cuentes cómo fue que elegiste la carrera, qué te imaginabas o qué representaciones tenías sobre ésta…

- Cuando elegí la carrera Cs. de la Educación, era una entre otras. Lo que tenía mas claro en ese momento, y es algo que no cambió, es que en un futuro próximo quería trabajar con personas, no con máquinas números y esas cosas. Pensaba por ese entonces y ahora también, que ser docente daba la posibilidad de tener un espacio para el vínculo, el encuentro, la creatividad entre otras cosas. También pensaba, que desde la educación se podían hacer muchas cosas “POR” la gente en especial por los más pobres; lo pensaba desde un lugar ingenuo, hasta mesiánico. Algo de esto cambió y creo que el cambio es positivo. Ahora puedo tener o seguir construyendo una mirada más crítica, puede decir que desde la educación en su sentido más amplio, se puede construir “CON” la gente, “CON” el otro.
En cuanto a la carrera no sabía mucho. Conocía el plan `86, las incumbencias y participé de una charla informativa en la facultad. Sabía que materias iba a tener pero no sabía bien de que se trataban. De lo que más me preocupé en saber fue en que iba a trabajar cuando terminara de estudiar y ahí entraba mi deseo de ser docente, de trabajar con personas y todo eso que conté antes.
También pensaba que iba a salir muy bien preparada, que la iba a hacer rápido y que las materias iban a estar conectadas entre sí y que los profesores iban a tener un vinculo entre ellos para pensar el todo (carrera), que no iba a pasar como en la secundaria. Creía que la misma estaba pensada en conjunto y no por “cátedras”.

A medida que te fuiste introduciendo en la “cultura universitaria” ¿Cambiaste tu forma de ver las cosas?

Sí, por supuesto, que a medida que fui haciendo camino toda esta mirada se fue modificando y complejizando. Porque las cátedras en su mayoría funcionaban como compartimientos aislados, porque en muy pocos casos había relación entre los docentes y mucho menos acuerdos para la formación de sus alumnos que les eran comunes. Porque los contenidos de las materias, en muchos casos, no tenían que ver con nuestro contexto (Argentino y Latinoamericano), porque la mayoría de los autores que leí son del primer mundo. Y porque la universidad está pensada para gente que no trabaja y se dedica sólo a estudiar, digo por el tiempo que tardé en hacerla. Igualmente el recorrido por la carrera me hace tener esta mirada, una posición, que no es poca cosa, en realidad es mucho.

Ahora estás trabajando en un equipo de orientación educativa, ¿Cómo fue que llegaste a ocupar ese espacio? ¿Lo elegiste o te eligió a vos?

Poco antes de recibirme, me llamaron de una escuela privada para trabajar en el Equipo de Orientación Escolar (llamado antiguamente-actualmente gabinete psicopedagógico). En su momento acepté con convencimiento y significó para mí todo un desafío. En un principio, fue difícil porque el lugar que fui a ocupar era el de una psicóloga, la cual tenía una formación diferente y por lo tanto una mirada y un posicionamiento frente a lo educativo y el rol de Orientadora Educacional muy diferente al mío, lo que generaba una demanda de los diferentes actores de la institución a la que yo no podía o creía que no se tenía que responder desde la escuela y desde mi rol. Lo que significó ir construyendo poco a poco (y todavía lo sigo haciendo) la demanda. Por otra parte, las integrantes del equipo trabajaban pero en forma separas, aisladas. Cada una hacía lo suyo, por diferencias de mirada. A esto se le agrega que históricamente los E. O. E (Equipos de Orientación Escolar) acostumbran a trabajar por “caso”, con un fuerte acento en lo psicológico, aunque esto va cambiando de a poco., todavía es una práctica instalada y presente en el imaginario de los docente acerca de la función de los E.O.E .Actualmente se nos pide a los equipos focalizar en lo pedagógico, tener una mirada del conjunto y analizar todos los compones de la situación educativa para generar estrategias de prevención.
En este sentido comenzamos a trabajar con mis compañeras de Equipo en forma conjunta aunando criterios, si bien seguimos trabajando con chicos en forma particular, intentamos (digo intentamos porque a veces no salen o se frustran en el camino) trabajar en el aula a través de talleres que se piensan a partir de las características de cada grupo y con las docentes. De esta manera, se piensa lo particular en el conjunto. Así, intentamos intervenir en el aprendizaje pero también en la enseñanza, probando diversas estrategias, reflexionando acerca de lo que sucede en el aula, con los chico y con los docentes. Vale aclarar que esto es difícil y no se logra con todos los cursos y con todos los docentes, primero, antes de entrar al aula es necesario construir un vínculo con las docentes de confianza y respeto, no se deben sentir ni invadidos ni evaluados y esto se está construyendo todo el tiempo.

¿Cuáles son los conocimientos que construiste a lo largo de la carrera que consideras más valiosos?

Creo que la carrera me dio herramientas para pensar y para crear, porque cada espacio educativo es particular y muy complejo para llegar con determinadas técnicas preestablecidas a ser aplicadas. Lo que estudiamos te permite interpretar y comprender en forma más global, luego en el trabajo concreto uno tiene que ser creativo. Otra cosa que considero importante que me dio la carrera, fue agudizar la mirada para buscar y profundizar en algunos temas porque como ya escribí la carrera es muy general y según en el ámbito que trabajés se hace necesario profundizar en temas específicos, seguir estudiando, para hacer un trabajo digno y ético.
Por otra parte, tuve un acercamiento a partir de la carrera y hacia el final de la misma, a la pedagogía de Freire Paulo y a través de él a la Educación Popular. Esto me parece valiosísimo pero creo que es por voluntad y decisión de una cátedra.

Cuando destacas la importancia de la Educación Popular, decís que fue por “voluntad de UNA cátedra”, noto cierto descontento al respecto…¿crees que habría que otorgarle mayor importancia en nuestra formación? ¿Por qué?

Sí…nuestra carrera, en nuestro contexto, tiene que estar transversalizada por la Educación Popular. Esto es lo que modificaría de la misma, la pensaría más apropiada a nuestro contexto, más desde el lugar del pobre, del oprimo, del marginado. Volvería a pensar en los profesionales de las Cs de la Educación como especialistas en pedagogía y no como gestores de espacios educativos, ya sea en empresas, escuelas u otros ámbitos. Pensaría la carrera desde otro posicionamiento, quizás más freiriano aunque por esto se me considere ingenua o nostálgica.

Y por último, supongamos que podemos volver el tiempo atrás…¿volverías a elegir estudiar esta carrera?

Si tendría que elegir nuevamente la elegiría, por lo que ya les dije mas arriba. Porque nuestra carrera nos permite hacer docencia en espacios muy variados, porque la docencia te permite trabajar con personas y te abre espacios para la creatividad, el vínculo y la construcción conjunta. Ésta es la apuesta.
La mala educación
y la construcción de una alternativa desde las bases

Diego Paz
(estudiante de Sociología - aule)

El 7 y 8 de septiembre de este año se realizó en la ciudad de Río Cuarto, el 1° Congreso Nacional por una Educación Superior democrática, popular, emancipadora y latinoamericana, convocado por las Asociaciones Docentes de Río Cuarto, Córdoba y Rosario. Iniciativa novedosa en cuanto a la forma y al contenido, dicho encuentro reunió a estudiantes, docentes y no docentes con el fin de intercambiar las experiencias de los distintos claustros en relación con una preocupación común: la necesidad de construir un modelo educativo democrático, popular, emancipador y latinoamericano.
Rompiendo con los tradicionales moldes, en este congreso se propuso una forma de encuentro en donde los participantes pudieron debatir y decidir desde las distintas perspectivas y claustros. Esta forma es una novedad para la articulación de las distintas luchas sindicales y estudiantiles, ya que la tradición política universitaria en Argentina se fue configurando a través de la lógica representativa gremial, que muchas veces ha impedido la formación y la emancipación del conjunto de los universitarios, delegando la discusión y la decisión a las direcciones gremiales (muchas de las cuales se han burocratizado, dándole la espalda al reclamo de las bases).
Es así que el contenido correspondió con la forma, y en el transcurso de los días se avanzó profundamente en la caracterización del actual modelo educativo-científico, para así dialécticamente, ir construyendo una alternativa que apunte a superar la etapa de resistencia del No a todo. Teniendo en cuenta la etapa histórica en la que vivimos, que se entiende a partir del conocimiento acerca del capitalismo neoliberal, vemos cómo la educación se fue convirtiendo en una mercancía –al igual que un servicio de telefonía celular o internet- despojándola de su carácter de derecho social básico para la humanidad. Las necesidades de los sectores capitalistas perpetúan la dominación imperialista de los EE.UU y el resto de los países centrales (Europa occidental, Japón, China, etc), agudizando el proceso de mercantilización de la educación, ya que la capacitación científica para el uso de las nuevas tecnologías es una herramienta de poder que configura la hegemonía de estos países en el proceso de la revolución tecnológica actual.
Desde esta perspectiva, en los debates se hizo hincapié en los dispositivos de resistencia de las luchas de los distintos sujetos, como la pelea por la democratización, las luchas salariales o la disputa por contenidos en los planes de estudio. En un contexto de precarización de la vida, se expresó abiertamente la necesidad de construir lazos sociales a través de la restitución de la identidad como trabajadores. Así se puso de manifiesto la exigencia de articular las distintas realidades cuyo denominador común es la progresiva degradación de las condiciones materiales (junto al carácter privativo que adoptan los derechos como la salud y la educación).
Durante el congreso se repasaron los aciertos y los errores en las distintas luchas educativas contemporáneas en busca de nuevas herramientas gremiales, para lograr la participación del conjunto de la comunidad universitaria (instalando la “lectura” del mundo a través de estas problemáticas), como así también, la construcción de un movimiento estudiantil y de los trabajadores de la educación unificado con capacidad de resistir las reformas propuestas por los sectores dominantes a través del gobierno nacional.
Durante el congreso se repasaron los aciertos y los errores en las distintas luchas educativas contemporáneas en busca de nuevas herramientas gremiales, para lograr la participación del conjunto de la comunidad universitaria (…)Hoy el debate educativo reaparece en escena ante las necesidades de reestructuración del capitalismo neoliberal, queriéndose así perpetuar la dominación imperialista como la sobre-tecnificación del conocimiento, vaciándolo de toda función social. La fragmentación del conocimiento, la intensificación de la investigación de lo particular escindido de la totalidad y la desvalorización de la carrera docente son elementos contundentes que garantizan el modelo educativo actual. La necesidad de recuperar la carrera docente como vocación y como trabajo jerarquizado en nuestra formación es una alternativa posible ante la desolación planteada por las distintas leyes educativas (LFE y LNE). Pero quizás la conclusión más importante que surgía de la mayoría de los compañeros allí presentes, era la necesidad de pelear por una carrera docente unificada en todo el país, donde los criterios básicos sean planteados desde los mismos trabajadores de la educación y no desde pruebas piloto importadas basadas en pomposas tesis sin ningún sustento en la práctica docente que es la única capaz de aportar experiencia concreta para el desarrollo de un conocimiento real del cotidiano y su contexto social.
La organización del Congreso Nacional por una educación superior democrática, popular, emancipadora y latinoamericana ha sido un paso muy importante en el proceso de rearticulación de la lucha educativa, en donde las bases han podido discutir y profundizar sobre su situación concreta y la necesidad de transformación a través de la herramientas ya existentes, pero al mismo tiempo, comprometiéndose a superar los dogmatismos y tradicionalismos tatuados en el inconsciente de las luchas para el cambio social.
+ info en:
http://organizaciones.unrc.edu.ar/agd/congreso/index.php

¿Por qué hablar de Educación Popular en la Universidad?
El lugar de Paulo Freire en la formación de un educador

M. Belén Janjetik
(graduada de Ciencias de la Educación)

El introducirse en la teoría de Freire invierte muchas de las lógicas del razonamiento universitario. La propuesta del autor con respecto a una educación liberadora, problematizadora, popular, no permite volver a mirar nuestras prácticas en términos de una educación bancaria, sean en el ámbito que sean.
¿Por qué hablar de liberar en educación? ¿Por qué problematizar en la escuela? ¿Por qué o qué sentido tendría educar en ámbitos no formales, o informales, o sin título? ¿Qué es eso de educación popular? ¿Qué raíces tiene el concepto como para que la universidad lo trabaje?
Muchas son las preguntas, y no sé cuántas pueden ser las respuestas. Y tampoco me propongo darlas, sino simplemente entrar en diálogo con la propuesta de una educación popular.
La concepción de educación de Freire parte de una determinada concepción del hombre, desde aquí una educación es liberadora cuando respeta al hombre como persona, como sujeto y no como objeto, como algo a domesticar. Las prácticas de una educación problematizadora guardan una profunda relación con la lectura del mundo, con el lugar que el hombre ocupa en la historia, en la cultura y cómo trabajar con esa realidad, con los desafíos de ese contexto.
La educación popular busca ser una práctica para la libertad, no ve un enseñar sin el aprender, no comparte un educar “para”, “por” o “sobre” sino que camina en busca de un educarnos, un educar con el otro, un compartir el acto cognoscente. En este compartir ninguno de los actores es pasivo, es receptor, es contenedor. La educación aquí es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo.
¡Transformar, qué palabra! Pensar que tantas veces en los discursos universitarios se la puede escuchar, repetir, instaurar y proclamar. Pero no resulta tan sencillo realizarla, y menos sencillo aún es saber lo que implica, qué es lo que se transforma y en pos de qué se transforma… quiero decir, ninguna práctica social es neutra, y una acción de esta magnitud siempre actúa a favor de algo y en contra de algo. Y es a esta acción transformadora, aquella que se concreta, que se hace praxis, a la cual la educación popular nos conduce, nos invita.
El contexto en el que se encuentran muchos países latinoamericanos se caracteriza por el destrozo de la esperanza, a través de una asimetría de las relaciones de poder que sólo dan el lugar de opresor o de oprimido, de dominador o de dominado, haciéndonos creer que estamos condenados, que nada es transformable. La prepotencia de la ignorancia se constituye en un manto que arrojan desde arriba para cubrir a los de abajo. La participación en una cultura del silencio, porque el miedo a la libertad somete y calla, y en consecuencia se da nacimiento al mutismo que niega la comunicación y el diálogo, nutriendo a las futuras generaciones desde una educación preocupada por unos pocos, a las que dice alimentar, a los que llena de contenidos, ampliando distancias, enfatizando tal cultura y absolutizando la ignorancia de tal otra.
Pero no es fácil pasar de la ingenuidad a la criticidad, y el hecho de concurrir a la universidad no asegura ese paso. Y menos aún, asegura la conciencia política, el compromiso de ser coherentes, diciendo lo que hacemos, porque aquello que hacemos es lo que decimos. Nos pasamos la vida jugando entre estas conciencias, entre ser ingenuos con lo que nos conviene, ser críticos con los que nos asusta y comprometiéndonos con lo que sin esfuerzo, podemos hacer.
Es frente a esta realidad donde la Universidad debería habilitarnos herramientas, que no consistan sólo en analizar sino en actuar, en crear medios para el trabajo educativo, o por qué no, recrear y reinventar aquellos existentes. Herramientas que no provoquen que los universitarios vayamos a extender conocimiento, a decirles a quienes “no saben” lo que tienen que hacer. Desde la premisa de que nadie sabe todo y nadie ignora todo, ya la academia deja de ser la única propietaria del saber y nos propone entrar en diálogo con sujetos que también portan un saber propio.
Las prácticas de educación popular son aquellas que proponen lo dicho. Probablemente no tengan una institución con rituales como la escuela, quizás sean informales en sus aspectos o quizás no. Lo cierto es que sus escenarios no las hacen carecer de contenidos, de métodos y de formación. Desde los educadores y los educandos la práctica educativa es encuentro, es curiosidad, investigación, estudio crítico. Por qué esto es así y para qué será así: porque no se trata sólo de saber y de repetir el conocimiento que se nos ha transmitido, sino de cuestionar nuestro contexto, coincidiendo con Freire en que “...la realidad no es así, la realidad está así. Y está así no porque ella quiera...” (El grito manso, Siglo XXI editores Argentina, 2003. p.63.)
En las cárceles bonaerenses, los detenidos que allí estudian carreras universitarias se vienen organizando desde hace unos años en centros de estudiantes para poder lograr que se respete su derecho a estudiar. Este proceso viene avanzando cuantitativa y, sobre todo, cualitativamente: hoy no se quedan en su problemáticas particulares. Se desarrolló colectivamente una problematización de la realidad de las cárceles, a partir de la cual se fue construyendo una visión crítica sobre estas problemáticas y de la sociedad en general.
El pasado 9 de octubre se inauguró el Centro de Estudiantes de Humanidades “Che Guevara” (Historia y Sociología) y el pabellón universitario “Antonio Gramsci” en la unidad 31: aquí les acercamos unas palabras del presidente del centro.


LA EDUCACION COMO PRÁCTICA DE LA LIBERTAD


Vivimos en un mundo donde el capitalismo ha convertido la dignidad de las personas en mercancía donde los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres… En general, personas que provienen de los sectores más vulnerables son las que terminan llenando las cárceles.
Este nuevo fenómeno social que ocurre en las cárceles bonaerenses, el cual se puede observar con el crecimiento de la población carcelaria en los Centros de Estudiantes, es el claro ejemplo de que a pesar de la crisis institucional y económica que padece este país, es posible construir nuevos espacios destinados a la Educación.
En esta unidad penal n° 31 de Florencio Varela hace más de 4 años que venimos construyendo nuevos espacios destinados a estimular el pensamiento crítico de las personas privadas de su libertad. La semana próxima tendremos el honor de inaugurar otro Centro de Estudiantes para aquellos universitarios de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, este nuevo Centro llevará el nombre de un HOMBRE que vivió y murió como pensaba, nos referimos al Dr. Ernesto “Che” Guevara, nosotros creemos en la formación del Hombre nuevo como decía el Che con una nueva conciencia, conjugando con valores nuevos, que den paso a una ética que produzca los cambios necesarios para el advenimiento de una nueva sociedad. Hoy nuestras armas y herramientas para este cambio son la Educación y la reconceptualización de valores solidarios y humanísticos a través del estudio.
A cuarenta años de la muerte del Che nosotros lo recordamos e incentivamos a nuestros compañeros día a día que vivan con el pensamiento del Che y con la utopía de construir una sociedad justa, libre y solidaria.

¡Hasta la victoria siempre!
Christian Franco
Presidente del C.E.H.C.E. -31+


Educación en las cárceles
Como las restricciones de seguridad no posibilitan que los estudiantes privados de su libertad cursen las materias en la facultad, en el primer cuatrimestre nos organizamos para hacer clases de apoyo en las cárceles. Esto viene dando buenos resultados: logramos un estudio sistemático de algunas materias por parte de los compañeros, como así también el encuentro e intercambio de realidades y saberes siempre necesarios para nuestra formación. Tod@s podemos participar, acercate a la mesa de aule para más información.

Qué tiene que ver la pedagogía con...

Esta es una sección destinada a pensar la relación de la pedagogía con diversos aspectos de la realidad… sobre todo con aquellos que poco lugar –o ninguno- tienen en nuestra formación pedagógica.


¿Qué tiene que ver la pedagogía con…
las riquezas naturales?

Lucía Condenanza
(Prof. Cs. de la Educación)


Partiremos de dos aclaraciones:
1. Preferimos hablar de riquezas y no de recursos porque, aunque sabemos que el lenguaje es sólo un aspecto de la realidad (importante, pero uno solo al fin), los significantes significan… en este caso particular, planteando una determinada relación del hombre con la naturaleza, y queremos proponer otra.
2. Con respecto a la pedagogía, sabemos que no hay mucho acuerdo en su definición precisa, pero también sabemos que si hablamos de los sentidos, de las finalidades, de la ética, de los sujetos involucrados en los procesos educativos, hablamos de pedagogía.

Hechas las aclaraciones, queremos empezar con un poquito de historia. Hace más de 500 años comenzó una economía mundial basada en el saqueo de los bienes naturales de los pueblos y en la explotación de hombres y mujeres de las distintas comunidades que habitan continentes no europeos. Guerras y muchas muertes mediante, se consiguió poco a poco, bajo el ideal de Progreso, la instauración de un modelo de relación entre humanos y con la naturaleza signado por la explotación. Para decirlo brevemente: la apropiación por la fuerza de los medios de producción por parte de los sectores dominantes (la burguesía europea y cristiana) planteó un modo de vida “racional” (desde “La Razón” de esta clase social) poniendo todo lo que le fuera útil bajo su disposición. Claro que la cosa es compleja, pero nos atrevemos a decir que esa disposición arbitraria, irracional y dogmática sobre la vida tuvo entre sus objetivos principales la construcción de imperios y grandes bastiones de poder. Así, fue “necesaria” la opresión, la represión y deshumanización de millones de hombres y mujeres. Lo que probablemente tuvo de nuevo este período que se abrió con “el descubrimiento de América” fue la instauración de esta forma de relacionarse con la naturaleza: agresiva, destructiva, irresponsable, sin proyección más allá de las ganancias para el imperio de turno. Lógicamente, ésta no era la forma que planteaban los pueblos que habitaban originariamente estas tierras, como se puede conocer a través de las leyendas, los rituales, los cuentos y los libros medicinales o directamente, dialogando con los diversos pueblos que 500 años después, y pese a la guerra de exterminio físico y cultural, aún persisten y tienen mucha sabiduría para aportar. Esta es una relación de intercambio, de culto, de cuidado… en fin, no pretendemos establecer cuál es mejor o peor, sí nos interesa destacar que el modelo económico y cultural actual está basado en el saqueo de los bienes naturales, en su exterminio, y que éste no es el único posible.
Bueno, acá puede empezar una lluvia de contra-argumentos desde las posturas defensoras de los ideales del orden, del progreso, del confort: “la industria genera trabajo”, “te quiero ver cómo vivís sin computadora”, “estamos en la era de la globalización”… Pues nos parece importante advertir sobre el fatalismo que ronda estas concepciones: ¿acaso estamos decidiendo dejar que nos roben nuestras riquezas? ¿realmente no hay nada que hacer? Atención con el problema de correr el eje de la discusión: estamos diciendo que hay otras formas de relacionarse con la naturaleza, y proponemos entonces pensar cómo sería, en qué consistiría, etc.
Hoy podemos decir que al respecto tenemos algunas certezas, y una es que “el progreso” trajo aparejada la destrucción de la vida. No sólo de la vida humana, también de la naturaleza que es vida. Enrique Dussel propone considerar esto como un criterio principal en la configuración de una ética cotidiana: resistir ante aquello que produce víctimas, que destruye la vida, y construir -desde la identificación de aquello- modelos de acción colectiva que tiendan a la reproducción de la vida. Es una buena punta para entender que la cuestión ecológica no es trivial… no es hippie paz verde o una lucha que compete a la gente rica porque no tiene nada más que hacer. No señor. Vemos cómo la misma realidad estructural recorre el territorio argentino y lo hermana con los demás países de América Latina: en los últimos años, en todo el país fue avanzando el modelo agro-extractivo exportador (y con él: muertes de ríos y vegetación, y cientos de personas con la contaminación), un modelo productivo implantado al amparo de distintas políticas estatales, que incluyen bajos salarios, leyes complacientes y jugosos estímulos fiscales (exenciones, subsidios) para que las grandes empresas del imperio acumulen importantes ganancias apropiándose de las riquezas naturales, escasas a nivel mundial pero todavía abundantes en estas regiones.
Entonces en nuestra tierra se cultiva principalmente soja (más del 50% de los cultivos): industria que ya no da trabajo como antes, pero que además no alimenta, porque no producimos nuestro alimento. Y el punto es que no sólo no producimos nuestro alimento sino que se destruye el suelo: se agota. ¿Eso es racional? ¿Que un territorio que podría producir alimentos para más de 300 millones de personas tenga muertos por desnutrición? ¿Que pagamos el agua en muchas ciudades para consumo vital y que las industrias extractivas mineras no pagan un centavo por usarla en sus explotaciones y contaminarla con cianuro y ácido sulfúrico?
A contramano de discursos oficiales que prometen defensa de la soberanía y la emergencia de una nueva política, en los últimos años se han hiper “desarrollado” el monocultivo de soja, el agotamiento petrolero, la extracción minera, la instalación de industrias contaminantes y con todo eso la destrucción (cabe decir la exportación, el saqueo, la contaminación) de la tierra, el agua y el aire. “Acumulación por desposesión”, lo llaman algunos autores, aunque más directamente se lo puede llamar despojo y depredación de las riquezas naturales, que se traduce en pérdida de derechos sociales para el conjunto de la población. ¿De qué soberanía del pueblo se puede hablar con contratos petroleros renegociados en condiciones insultantes; con incentivos legales y fiscales a la extracción de oro, plata, cobre y los metales raros; con la concentración en el campo y el crecimiento de los pooles de siembra, que arrasan los bosques y se llevan en forma de pesos los nutrientes de la tierra; con las consecuencias en el aire y el agua de este modelo productivo de saqueo? ¿Qué hay de nuevo en esta política, después de 500 años de despojo que incluyeron las minas de Potosí, en Bolivia; La Forestal (por el tanino del quebracho) en el norte argentino; la oligarquía ganadera en la pampa húmeda; y en general, la “inversión extranjera directa” en todas las ramas estratégicas de la economía (transportes, servicios públicos, etc.)?
En este tiempo y en este espacio no nos importa si la pedagogía es una ciencia o no, si es una teoría práctica o una práctica teórica… debemos tener cuidado de caer en debates alrededor de rótulos supuestamente epistemológicos que en realidad poco aportan a la construcción de un conocimiento útil y socialmente pertinente. Desde la pedagogía, a nuestro entender, debemos pensar los distintos aspectos relacionados con la educación que constituyen la sociedad de esta forma y no de otra, con la principal finalidad de proponer nuevas formas en cualquiera de esos aspectos de acuerdo con los propósitos políticos del o la pedagogo/a: reproducir, reformar o revolucionar el orden social vigente. En el campo de la educación, sabemos particularmente, no hay teorías ni prácticas “neutras”, y si no tomamos estas decisiones, pues estamos siendo funcionales a las decisiones que otros toman por nosotros.
Asambleístas de distintos movimientos sociales ambientalistas nos contaban cómo la ignorancia es el principal medio de dominación en las regiones de saqueo (San Juan, Santa María –Catamarca-, Sierra de la Ventana, etc.). En las escuelas de San Juan –por ejemplo- no se conoce qué es el uranio (elemento químico utilizado en la energía necesaria para la actividad extractiva de minerales): en la escuela no se enseña, los docentes no lo saben y los niños y padres no lo reclaman, sin embargo sí saben que cada vez más gente se muere de cáncer y que ya no se puede cultivar de la misma forma que antes.
Con este ejemplo solamente debemos poder pensar muchas cosas. ¿Cuál es la función de la escuela? Carlos Cullen propondría, entre otras, la distribución del conocimiento, en tanto bien público. Es lógico que en muchas regiones ciertos conocimientos no se distribuyan porque no es conveniente a los sectores dominantes. ¿Qué se debe enseñar en las escuelas? Philippe Meirieu sugiere partir, sobre todo, de las preguntas que se hacen niños y docentes (por ejemplo: ¿por qué no podemos cultivar más papas?), y claramente la hegemonía cultural e intelectual nos dice históricamente que es más importante conocer –aisladamente- las civilizaciones egipcias, griegas y romanas que los problemas que cotidianamente se nos presentan.
Entendemos desde esta perspectiva, y concluimos, que hay mucho para hacer desde la pedagogía con respecto a estos temas. Mencionamos sólo algunas propuestas:
- Explicitar esta clara intención de reproducir el orden social vigente, a través de la dominación del pueblo mediante la ignorancia, y revertirla.
- Reflexionar y accionar sobre los currículums que permiten estas condiciones de reproducción -sino la construyen-, tanto en la educación formal como no formal y alternativas.
- Estudiar en profundidad la situación económica, social y política del contexto en el que pretendemos desarrollar nuestras propuestas pedagógicas.
- Investigar desde una perspectiva pedagógica estas problemáticas (atendiendo a los procesos de comunicación y socialización que posibilitan tales situaciones de explotación),
- Pensar qué criterios éticos y políticos reproducimos y construimos en nuestras prácticas…

Para finalizar, invitamos dos lecturas:
Patas Arriba. La escuela del mundo al revés, de Eduardo Galeano,
y Caleidoscopio de Rebeldías, de Claudia Korol.

Una rima para enseñar y aprender

Taller de Hip Hop en Villa Argüello

Una rima para enseñar y aprender

“Cuando todos mueren y todos en dios creen,
yo soy el único que vive
al que todos persiguen
Tengo el material, tengo la clave
y soy el único que de la puerta del infierno
tiene la llave
Problemas acumulados por años,
pesadillas en sueños con miedo
y mucho daño
Ahora tengo el don,
de ponerle el ritmo perfecto a esta canción”

“Vamos a poner la firma a esto, soy argentino por eso protesto”,
Producción del taller de Hip Hop 2006

Alguien me dijo alguna vez que “en educación popular no contamos las experiencias exitosas, contamos las conflictivas, lo que no nos salió... porque se entiende que es en los momentos de crisis en los que se aprende si se reflexiona, y porque además en educación popular las cosas nunca suelen salirnos como las pensamos, o no se disimula el devenir de la práctica… o las características de la práctica...”.
Tal vez así surgió el Taller de Hip Hop del barrio de Villa Argüello en Berisso. De la intención inicial de formar otro tipo de un grupo, en el que se trabajase sobre cuentos de fútbol. Pero, si bien las cosas no salieron exactamente como fueron planeadas en un primer momento, el resultado es más que interesante.
Por el año 2005, un grupo de adolescentes del barrio se juntaba, como en casi todos los barrios de Berisso, a jugar picados. Un día, Juan (hoy uno de los coordinadores del taller de Hip Hop) propuso la idea de reunirse a leer cuentos relacionados con el fútbol al final de cada picadito.
La propuesta tuvo aceptación pero al ir participando de ese espacio, otros temas fueron surgiendo…la música, en especial Eminem, comenzó a ser un tema compartido entre los chicos. Dado el marcado interés de los adolescentes sobre este tema y que la idea de trabajar con cuentos de fútbol se iba diluyendo, el taller, poco a poco, fue cambiando y comenzaron a reunirse para escuchar las letras de hip-hop y charlar sobre los distintos grupos.
A los meses, el Taller de Hip Hop tomó su forma propia y las rimas empezaron a empapar las calles y las paredes de Villa Argüello.
Para entender el funcionamiento del taller hay que saber que el hip hop tiene cuatro elementos: las letras, el baile, el graffiti y las bandejas. En el taller trabajan con todos ellos menos las bandejas “porque son muy caras”. Cuando las integrantes de Actitud María Marta visitaron el barrio y participaron del Villa Argüello Vivo III (un festival que se realiza varias veces al año en el Centro Recreativo y Deportivo Villa Argüello), les dijeron a los chicos del taller que para ellas existía un quinto elemento y ése era el compromiso con los cambios sociales.

El taller
El Taller de Hip Hop se realiza los martes y domingos en el CDR Villa Argüello. “El Chino” (Juan) y Marco (integrantes de la Organización Territorial Juanito Laguna) coordinan el taller; ellos consideran que su rol dentro del mismo es de “proponerles otra forma de organizarse y vivenciar desde esas mismas prácticas el hecho de que todos somos iguales, que tenemos el mismo derecho para hablar y decir lo que pensamos. Se trata de promover valores como la solidaridad, la unión, la justicia…”
Al hablar sobre el funcionamiento del taller cuentan que hay un momento en el que todos se reúnen en ronda y planifican juntos qué es lo que se va a hacer ese día. A veces bailan, otras se dedican a hacer letras o a diseñar un graffiti, otros días se reparten las actividades.
“Ahora están muy enganchados con el baile –comenta el Chino-. Escuchamos un grupo de hip hop que se llama F. A. (Fuerte Apache) y otro grupo chileno que hacen educación popular y que tienen letras que son disparadores de muchos intercambios de opiniones”.
Una de las discusiones que se dio en el grupo fue sobre una de las prácticas del hip hop que se denomina “batallar”. La batalla es lo más parecido a una payada en la que gana el que deja sin palabras al otro. “En general en hip hop las batallas son muy agresivas, es casi una pelea sin pegarse, se insultan y la idea siempre es demostrar que uno es el mejor. A algunos chicos les gusta batallar porque dicen que es un ejercicio para desarrollar la improvisación”, señala.
Desde el taller se trata de trabajar e indagar otras formas de hacer hip hop: “el rap habla de que no importa ver quién es el mejor, no tiene sentido competir y seguir fragmentando los grupos de gente que hace hip hop (característica muy fuerte en ese ámbito). Para nosotros la idea es destacar el valor de lo colectivo para luchar por lo que uno quiere”…pero la discusión sigue presente, algunos batallan para dar otro mensaje y otros directamente no se “prenden” cuando los invitan a batallar. La metodología que proponen los coordinadores para desarrollar la improvisación es trabajar sobre un tema que “se tira”, que surge y que generalmente está vinculado al propio barrio, a su realidad, y en ronda van rapeando las frases, las rimas que les sugiere la temática.
Con respecto a los conflictos que atravesó el grupo, muchos tuvieron que ver con las mismas rivalidades que existían entre los adolescentes en la vida diaria del barrio y que se trasladaron al espacio del taller.
Tanto El Chino como Marco están convencidos de que los chicos que participaron del taller produjeron un cambio –en mayor o menor medida según la personalidad de cada uno- a partir de la experiencia del taller.
“Ellos mismos reconocen que tenían otros valores – señala el Chino-, muchos ya no tienen interés por competir, sienten como propio tanto el espacio del taller como el del Club y se suman a las distintas actividades que ahí se realizan”. Luego concluye “los chicos cambiaron su forma de ver la realidad. De rapear sólo de su barrio y competir pasaron a reconocerse en otras realidades y en otros colectivos. Quieren enseñar el hip hop en otros barrios, el 25 y 26 de junio participaron de la vigilia y marcha por los cinco años de la masacre de Avellaneda y hace poco pidieron conocer la casa Anahí
[1]. Son actitudes más que significativas”.
En una de las actividades que se realizó en el Centro Cultural Olga Vázquez (60 e/ 10 y 11) el grupo que se conformó en el espacio del taller, y que lleva de nombre Alto Voltaje, hizo una de sus presentaciones públicas. En el lugar estaba presente el papá de Claudia Falcone (una de las chicas secuestradas y desaparecidas en la denominada Noche de Los Lápices). Jorge Falcone se emocionó tanto al ver el grupo que decidió escribirles una letra que tituló “Reggaeton de Villa Argüello”. Es probable que si uno pasa por el club de Villa Argüello cuando comienza a caer la noche en ese espacio que, por algunos puede ser considerado una frontera entre el asfalto y la tierra, pero que para todos los integrantes del taller es un puente entre dos realidades, pueda escucharse cada vez más fuerte y con ritmo de rap: “…éste es nuestro territorio que estamos marcando, con nuestro rap estamos luchando…”

[1] www.asociacionanahi.org.ar

Editorial #1, Oct07

“Por todo esto emprendemos este proyecto: para darnos un gusto- otro más. El gusto de leer y escribir, el gusto de la palabra y la escritura; pues de lo único que estamos seguros es de eso, que son nuestras pasiones, nuestros gustos.
La Revista, entonces, como refugio de la palabra- término que debe ser distinguido del de "palabrerío"
y que hace alusión al conjunto de vocablos expresados al pasar y vacíos de sentido que estamos acostumbrados a oír en las asambleas, en las aulas, en afiches y volantes, en la tele, en... .
Venimos para hacer ruido, para hacer gritar a las palabras”.

aule en El Perseguidor


Esta revista es antes que nada un espacio y un tiempo para pensar. Para pensar desde y sobre la educación, y entonces para educar y educarnos.
Espacios y tiempos para opinar, para oír y ser oyentes, para mirar y ser espectadores hay un montón: los que hay cada vez menos son los de pensar, los de reflexionar, debatir, construir a partir de analizar e intercambiar, a partir de dialogar con otros… pensándonos a nosotros mismos como algún otro.
Resaltamos la idea de Freire sobre la solidaria relación entre escribir, leer y pensar, entre pensamiento, lenguaje y realidad… muchas hipótesis hay al respecto: lo que no podemos dejar de decir ni de experimentar es que hay una relación, y esa relación es principalmente de solidaridad. Escribir nos permite volver a leer sobre nuestras lecturas del mundo, y empezar a pensar sobre nuestro lugar y responsabilidad en él. Nos permite darnos un lugar en el mundo como productores, sin esperar al parcial domiciliario, a la tesina, a la beca de investigación, porque pensamos y producimos aunque no nos lo pidan.
Tratamos así de expresar pensamientos que inviten a seguir pensando, que relacionen potenciales interlocutores y produzcan encuentros y comunicación a partir de problemáticas que desde nuestra formación se nos presentan como “objetos de estudio”, como exposiciones de verdades acabadas, ajenas a nuestras capacidades de transformación, o como teorías descontextualizadas o utópicas, o como “no-rentables”… Hacemos una crítica a nuestra carrera, discutimos con nuestra formación, y de esas críticas salen nuestras propuestas, nuestras experiencias, nuestros pensamientos, nuestra acción. Tod@s vamos buscando y generando espacios para canalizar todo eso, y de los encuentros de inquietudes, de pensamientos, surgió esta revista. Es por eso que vas a encontrar notas de estudiantes, de graduados, de docentes, de educadores populares, de militantes.
Es este un espacio de encuentros, y por lo tanto, esencialmente abierto: no hay acá ninguna Verdad, puede haber verdades que defendemos en tanto así lo elaboramos como pensamiento, como lectura del mundo (a decir de Freire), como conclusiones, desde las cuales pretendemos debatir, disparar discusiones y reflexiones. Es un espacio de encuentros, de pensamientos, y también de reflexión sobre nuestras experiencias, sobre nuestras prácticas, para poder transformarlas efectivamente en praxis, en acción críticamente dirigida. Un espacio de encuentros de experiencias que buscamos compartir, socializar y desde donde podemos dar cuenta de su importancia para nuestra formación. Esto es, además, una invitación, una invitación a seguir pensando, y por lo tanto a animarse a debatir. Herramientas no nos faltan, sólo hay que ponerse a escribir. Y así abrimos el primer número de la revista.