martes, 18 de noviembre de 2008

Aprender a Jugar

Acá nos toca la puerta Tiburones y Mojarritas, se presentan y nos invitan a compartir con ell@s lo que son y lo que hacen, para que volvamos a pensar en...


Aprender a Jugar


Desde “El Machete” nos propusieron escribir una nota para la revista y aceptamos. Dijimos que sí porque queremos compartir quiénes somos y qué hacemos. Pero, sobre todo dijimos que sí porque la escritura implica un momento de reflexión. Un momento necesario para revisar, y seguir revisando nuestra práctica y los supuestos teóricos que la guían. Porque a pesar de haber realizado en nuestro plenario a comienzo de año, donde reflexionamos sobre nuestras prácticas, creemos que la reflexión deber ser continúa y parte cotidiana de nuestra práctica.

Bueno, nos presentamos entonces. Somos TyM: Tiburones y Mojarritas en el Frente Popular Darío Santillán. Ese es nuestro nombre. Así nos llamaron los chicos del barrio con los que jugamos y compartimos las tardes del sábado de todo el año, desde hace 4 años. ¿Y de qué barrio?, nos preguntás. De dos:

- Malvinas, que queda en calle 146 y 39 y es un barrio formado por familias, en su mayoría tobas provenientes del Chaco. Allí en el barrio, trabajadores y trabajadoras del Movimiento de Desocupados de La Plata (MTD, que también es parte del Frente), construyeron y sostienen día a día un comedor que es nuestro punto de encuentro con l@s chic@s.

- Gorina, que queda en calle 138 y 481. Allí, el movimiento que forma parte del Frente es el Movimiento de Unidad Popular. En el barrio hay una plaza, que es lugar donde nos encontramos con los chicos a jugar, dibujar, leer cuentos… a pensar entre tod@s como construir una sociedad diferente.

Con los chicos de los barrios, principalmente, jugamos. Y decimos principalmente porque no todo es juego. También trabajamos con cuentos, teatralizaciones, fechas que nos son significativas, como la dictadura militar, ya que pensamos que si bien son difíciles de trabajar con pequeñ@s, a ell@s l@s atraviesan de alguna manera en su vida cotidiana. Por ejemplo, del 24 de marzo han escuchado hablar porque sus padres hablan de eso en el momento de ir a las marchas.

Pero volvamos al juego, jugar. Algo tan simple dirás, y tan complejo diremos.

Jugar es lo que más se hace en la niñez. Esto es algo que no distingue clases sociales. Jugar es “el modo” que tienen l@s chic@s de relacionarse entre ell@s. De hacer amigos, de involucrar todo su ser (sentimientos y pensamientos) en lo que están haciendo. Y como jugar es “el modo” de relacionarse de los chicos, nosotr@s proponemos jugar de otra manera.

¿De otra manera, qué es jugar de otra manera?

Queremos que l@s chic@s jueguen de una manera diferente a la que juegan, que se parece mucho a la nuestra cuando éramos niñ@s. Queremos romper con el juego que impone ganadores y perdedores. Ya no queremos que los chicos compitan entre sí postulando mejores y peores. Porque esa manera de jugar establece una manera de ser: individualista, competitiva, ganador o perdedor.

Y en esa manera de ser se establecen formas de relacionarse que se corresponden: preocupación por uno mismo sin importar lo que le pase a los demás. “Yo gano y no me importa que los otros pierdan”.

Así, desde una actividad tan naturalizada y corriente, el juego contribuye a crear un tipo de relación social y con ello una sociedad que no hace falta describir: basta con levantar la mirada y ver lo que sucede a nuestro alrededor.

Es por esto que proponemos una forma diferente de jugar. Una que sea prefigurativa de la sociedad que queremos construir.

Porque hacemos política. Pero en ese hacer no percibimos al niño como pura potencialidad, sino que lo percibimos por lo que es. Se puede decir que nuestra forma de concebir al niño es dialéctica: por lo que es y por lo que puede ser. Pero primero por lo que es. Porque creemos que el niño es un sujeto incluido en las relaciones de poder. Poder que, según nuestra manera de entenderlo, atraviesa todas las relaciones sociales, incluida el juego. Entonces decimos que el/la niño/a, y nosotr@s con ell@s, podemos construir una sociedad diferente.

¿Cómo? -dirás. Jugando, diremos, juegos cooperativos. Juegos en el que el colectivo se sobrepone a la individualidad. Juegos en los que no hay ganadores y perdedores. Juegos, en los que esta vez, ganamos todos. ¿Y porque este tipo de juegos? Para aprender a pensar en el otro. Para desaprender un modo de relacionarse y aprender otro. Y así, construir otra sociedad. Una donde la unidad seamos tod@s.

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