lunes, 17 de noviembre de 2008

Nuevas formas organizativas y luchas en la actualidad

Lo que sigue es la desgravación de la intervención de un compañero de Carlos Fuentealba en uno de los paneles de las Jornadas de Universidad y Movimiento Obrero de 2007. Estas jornadas se realizan desde el año 2006 en la facultad de Humanidades de la UNLP con el objetivo principal de construir en la universidad un espacio donde se puedan articular y dar a conocer las distintas luchas de l@s trabajador@s de distintos sectores, sin intermediarios. Intenta ser un espacio prefigurativo de la Universidad que queremos, donde las luchas no sean un mero objeto de estudio, sino interlocutoras y provocadoras de nuestro compromiso.


La experiencia de ATEN

Ariel Petrucelli


Neuquén es una provincia gobernada hace 40 años por el partido Popular Neuquino, único partido provincial que ha mantenido el gobierno desde el regreso de la democracia. Además, por sus vínculos con la dictadura y por su trayectoria en el gobierno desde los años 60, tiene una continuidad muy particular, muy fuerte, que hace que la oposición política haya sido muy débil. Esto ha colocado a ATEN, que tiene una larguísima y muy basta trayectoria de lucha, como una suerte de oposición semioficial. Existe una especie de guerra eterna entre ATEN y el Movimiento Popular Neuquino. En los últimos 10 años un sindicato de magisterio como es ATEN, ha sufrido al menos doce represiones, algunas en solitario y otras en acciones con organizaciones hermanas. ATEN ha sido reprimida por policía provincial, gendarmería nacional y fuerzas parapoliciales (grupos de choque como en la huelga del 2006 que desalojaron un piquete). La represión más conocida es la del desalojo de los 4 piquetes que cerraban el acceso a la destilería de la plaza Huincul de petróleo.

No se puede comprender lo que pasó en Neuquén sin comprender la historia de lucha y confrontación entre el sindicato docente (junto a otros movimientos pero con epicentro en ATEN) y el movimiento popular neuquino. Han sido los conflictos docentes los que han generado las dos crisis políticas más fuertes en la Provincia: la del 1997 con la muerte de Teresa Rodríguez y la del 2007. También es muy difícil entender este conflicto sin los precedentes del conflicto del 2006, donde hubo una modalidad novedosa implementada por ATEN, que fueron los piquetes y los cortes al circuito petrolero. El conflicto 2006 fue muy importante.

El gobierno de Sobisch debutó en este último mandato con una represión a ATEN. En la huelga del 2003, después de once días de cortes de puentes, fuimos desalojados por la policía provincial el día en que Sobisch consiguió su reelección. Así empezó su segundo mandato: con una represión a ATEN. A lo largo de todo su mandato tuvo una absoluta insensibilidad con todos los movimientos sociales y sindicales; uno de los picos más grandes fue la lucha dada por los trabajadores de la salud, pero se había instaurado un mito, una idea, de que a este gobierno es imposible arrancarle algo salarialmente. La huelga de 2006 confrontó con esa sensación, y fue una huelga muy particular porque como se dice en la jerga fue una huelga del activismo, de la militancia, de la vanguardia. Fue una huelga que la sostuvo 1/3 de los docentes a lo largo de los 35 días de lucha; hubo un 1/3 que se plegaba en las grandes movilizaciones, que paraba ese día y volvía a trabajar y hubo 1/3 irreducible que no paró. Esa movida terminó con un pequeño triunfo salarial, se arrancaron ciertas demandas concretas planteadas en ese momento y eso generó una sensación de los que dieron la lucha que volvían a las aulas y decían “vieron que se podía”. Quedó el escenario planteado para la huelga de 2007 que tuvo un acatamiento del 80% en el inicio de conflicto.

Una cuestión para comprender la dinámica de la lucha de ATEN son las características de éste sindicato. Por un lado, es un sindicato único que agrupa a docentes de nivel inicial, primario, media y terciario. Solamente no están agrupados en ATEN los docentes universitarios que se agrupan en la CONADU. ATEN incluye a empleados administrativos y auxiliares de servicio (porteros). Esto le da una fuerte identidad clasista, lo cual le da una gran fuerza. De allí se desprende el nombre del sindicato de “trabajadores de la educación” y no de educadores, apóstoles... Pero también genera problemas, porque el gobierno opera con asignar beneficios a un sector y no a otro; que esto no genere divisiones internas es una política de equilibrio muy complicada históricamente.

Pero el sindicato es un sindicato único y recién en los últimos años apareció SADOP que agrupa a algunos trabajadores de establecimientos privados que en Neuquén son muy pocos, más del 90% de la planta de los alumnos están en escuelas públicas.

Es un sindicato muy pluralista y muy democrático. En todas las elecciones hay pluralidad de listas y un gran recambio de dirigentes. Por ejemplo, en el conflicto 2007 había mucha gente con experiencia (que había participado en la conducción) y que se encontraba en el llano. En la seccional capital la mayoría de la comisión directiva y el secretario general era la primera vez que ocupaban cargos de comisión directiva, cosa que es bastante inusual en la mayoría de los sindicatos donde los dirigentes tienden a eternizarse en el puesto. Había sin responsabilidad de conducción personas que habían sido por ejemplo secretarios generales.

La huelga de 2007

La huelga comenzó cuando el gobierno nacional, con Filmus con el aval de Yasky y CTERA, anuncian el piso – techo de 1040 pesos. Este sueldo es muy bajo considerando el costo de vida de Neuquén que no es el mismo que por ejemplo el de Jujuy o Bs As. Así se inicia un plan de lucha con un alto acatamiento a las medidas de fuerza producto de la experiencia del año 2006, ante la prueba de que se podía, y sin matarse ni recorrer escuelas había un acatamiento del 80% de los docentes. Pero la política del gobierno era la misma: inflexibilidad, chicanas en los medios y ninguna oferta ni propuesta de negociación. En este contexto, sobre todo en las seccionales del interior, se hizo más difícil sostener el paro por un contacto más directo de los docentes con los padres. Allí el paro comenzó a caer.

Se diseña una actividad fuerte, que es una caminata desde Zapala, que está en el centro de la provincia, a la capital, son unos 200 km de distancia que se cubrieron en el lapso de una semana. Hubo gente, un centenar de compañeros, que hizo entero el recorrido y el resto hacía tramos. Esta caravana ingresó a la Capital con una movilización de 15.000 personas, que para Neuquén es sumamente grande, muy grande.

Todo el mundo creía que después de esta demostración de fuerza, se iba a producir una oferta, una mesa de negociación, que iba a dar un cierre al conflicto y que esa huelga se recordaría como la “huelga de la caminata”. Pero no fue así, no hubo oferta. Hubo una chicana, que fue ofrecer un pequeño aumento que pudo haber sido aceptable para primaria, pero no para media, por lo tanto se rechaza unánimemente. El aumento es para todos o no hay acuerdo.

La huelga sigue pero con un desgaste en el paro, con gente que empezaba a volver a trabajar. En este contexto y ante la proximidad de semana santa, y siendo Neuquén un nudo por la posibilidades turísticas, se piensa en el bloqueo de los turistas a los centros de vacaciones. Previamente a esto se establecen piquetes que cortan parcialmente la ruta, por algunas horas en distintos puntos de la provincia.

Ante la falta de respuesta se resuelve hacer un corte total. No se anuncia públicamente donde iba a ser el piquete por seguridad, pero en una organización tan grande (6000 afiliados) y tan democrática es imposible mantener el secreto. Es imposible manejar en secreto estas cosas, en una organización de carácter basista como es ATEN.

El corte de Arroyito

Se organiza el corte en Arroyito, un lugar muy peculiar que está ubicado a 64 km de Neuquén Capital y a 16 km de un pueblito, el más cercano, llamado Cenillosa. Arroyito se encuentra entonces en el medio del desierto, lo único existente es una estación de servicio; pero es un lugar estratégico porque es el único sitio donde no hay ningún camino alternativo. Hay un gran canal artificial y un único puente. En cualquier otro lugar que se corte la ruta, solo logras estorbar porque hay caminos alternativos, y a la sumo el turista llegara 2 horas más tarde pero pasa. El lugar de Arroyito es estratégico porque es un cuello de botella, pasas por ahí o no pasas.

Cortar en Arroyito era sumamente complicado, por las distancias, por las características del lugar. Se preveía la posibilidad de hechos violentos; la hipótesis que se manejaba era lo que había ocurrido en el 2006, un desalojo por parte de una patota disfrazada de turistas.

Arroyito, al mismo tiempo, es un lugar que por la cantidad de tránsito que hay, y las características de la ruta, al cortar por una hora, ya genera colas de auto de 5 o 6 km. Era difícil cortar Arroyito. Lo que se tenía pensado era una movilización grande que instalara el piquete. Un piquete que por sus características no sea sostenido con el pecho sino con una montaña de piedras en la ruta. No se logró que ninguna ripiera directamente volcara un camión, porque todas trabajan para las obras públicas del gobierno. Se lo pensó hacer a pico y pala. Dos montañas a cada lado de la ruta, zanjas a los costados y tablones para que pasen las ambulancias y después el grueso replegaba porque no podía haber relevos a los piquetes desde Neuquén, ya que esto significaba pasar caminando por la cola de autos de 5 o 6 km de turistas que no pueden llegar. Tampoco se podía llegar por un camino alternativo.

Entonces, la idea era una gran movilización, instalar el piquete, replegar y dejar a unos 200 compañeros que se quedarían lo que fuera necesario.

La policía ocupa la posición la noche anterior. Se resuelve de todos modos ir a instalar el piquete. Era una caravana de entre 700 y 1000 personas a 64 km de la capital, en el medio del desierto. Íbamos en trafic, camiones, autos. Esa parte previa fue francamente muy emocionante. Llegar a las 4 o 5 de la mañana a la puerta del sindicato y ver a compañeros/ras (la mayoría compañeras), llegar con su mochila, su pala y su pico, preparadas para subirse a las combis e ir a instalar un piquete…¡Se te ponía la piel de gallina!. A parte, la primera vez que ATEN cortó la ruta en 1997 fue en un contexto de absoluta ingenuidad, la idea era: “quién le va a pegar a una maestra con sus hijitos de la mano”. Ahora ya no era ese el imaginario porque en reuniones que se hicieron previamente quedó muy claro las posibilidades de represión o episodios de violencia y que quien no lo viera, no le pareciera o tuviera miedo directamente que no fuera. Es decir, que la gran mayoría de las personas fueron sabiendo que había una cuota de riesgo. Igualmente nadie pensaba que ese riesgo implicaba la posibilidad del asesinato de un compañero.

Cuando llega la caravana tienen los accesos cortados y no nos deja ni siquiera instalarnos en la ruta. A los 5 minutos de llegar comienzan los disparos y la primera represión. Nos replegamos para el campo, era difícil replegarse por la ruta porque tiraban gases muy fuertes que pasan por arriba y van a 200 metros y si seguís por la ruta vas directamente al humo. Luego volvemos a la ruta y nos vuelven a reprimir. Ahí decimos basta, no vamos a poder tomar la ruta. Se hace un acuerdo con la policía de volver por la ruta e irse pacíficamente. Era muy difícil volver rápidamente por varias razones: una porque no queríamos irnos rápidamente, la otra que muchas camionetas y combis contratadas se volvieron cuando vieron la represión. La gente que había llegado por ese medio no tenía cómo volver y tuvieron que ubicarse en los otros autos, y esta tarea no era fácil. Muchos no querían irse, no querían subirse a los autos por lo que la retirada fue muy lenta, a paso de hombre. La policía nos iba como arriando, nos seguía detrás.

A la media hora y en este contexto hay una nueva represión. Qué es lo que quisieron hacer para mi es bastante misterioso y sin lógica. Mandan dos combis por la banquina, cortan la caravana por la mitad, baja la guardia de infantería y comienzan a disparar en el medio de la caravana. En ese proceso Poblete dispara una granada de gas al auto en el que viajaba Carlos Fuentealba impactándole en la cabeza con el resultado conocido.

Yo viajaba en un auto que estaba a 20 mts. No entendíamos nada de lo que estaba pasando. Cuando nos acercamos vemos que estaban sacando un cuerpo y cuando está tirado en el piso tiene convulsiones. Una imagen muy dura. Cuando paran las convulsiones, la masa de docentes comienza a volverse contra la policía gritando “¡¡¡LO MATARON. MATARON A UN COMPAÑERO!!!”. El que comandaba el operativo evidentemente, da la orden de no hacer nada, porque en ese momento hubo muchas compañeras que agarraron a los golpes a los policías, pateaban los escudos, etc. Se desató de esta manera la locura y rápidamente llegó la ambulancia que se lleva a Carlos que estaba con vida pero ya sin posibilidades.

La nueva consigna

El conflicto toma un carácter totalmente distinto, nuevo. Se instala la consigna “FUERA SOBISCH”; se ocupa el puente carretero que une Neuquén con Cipoletti. En medio de una conferencia que intenta dar Sobisch se sitia la casa de gobierno y a partir de ahí queda sitiada (tiene que salir disfrazado de policía)

Se sigue la huelga y al lunes siguiente hay un paro nacional y en Neuquén se da la manifestación más grande que se haya conocido: 30.000 personas. Con un paro de la CTA en pleno, pero sólo acompaño por 2 horas por petroleros y algún otro sector de la CGT.

De esta manera, la situación política es bastante complicada porque se estaba a un mes y medio de las elecciones. Sobisch era un gobernador que se iba, el tema que se instalaba era: hasta dónde era factible “tirar a Sobisch o no” y cómo lo haríamos.

En ese contexto tenso y sumamente complejo, hubo diferentes instancias. La huelga continuó, la casa de gobierno estuvo durante casi tres semanas sin poder funcionar, totalmente empapelada y sitiada por piquetes.

La movilización siguiente, a los 3 o 4 días de la primera, es una movilización de 15.000 personas, es decir la mitad de participación. La gran discusión era hasta qué punto estaba instalado el repudio al gobierno, hasta qué punto estaba en zozobra la hegemonía tradicional del Movimiento Popular Neuquino. Había diferentes interpretaciones. Yo creo que una pauta del hasta dónde llegaba el descontento ese no se manifestó en los barrios. En los barrios populares no había chicos apedreando a policías o prendiendo gomas de bronca. La movilización fue muy imponente, fue muy importante pero afectó a ciertos sectores y no a otros. La vivencia de una muerte no se vivió de la misma manera en los barrios donde el gatillo fácil es cosa de todos los días, que entre los docentes fue más impactante.

La huelga sigue y la discusión se centra en si se podía negociar o no con Sobisch en el caso de que no se lo pudiera “tirar”. En un determinado momento había aproximadamente 1/3 de docentes que planteaba que moralmente no se podía negociar con Sobisch y que era preferible volver con nada. “¡No negociar con el asesino!”. Esta era una posición riesgosa porque volver después de 50 días de paro, con un muerto y sin una conquista salarial podía ser catastrófico.

La decisión de la asamblea

Después de un trabajo de base muy importante, a lo largo de las distintas asambleas se planteó que las dos posiciones eran legítimas y se decidió que lo que resuelva la asamblea se acataba y que la organización no se fracturaría ante esta disyuntiva de qué hacer. Estas asambleas eran de 1.500 personas en la seccional capital y el clima era muy tenso. Era difícil tomar decisiones. Se hacía presente Sandra, la compañera de Carlos que es una vieja militante de ATEN. En una de esas asambleas Sandra plantea cuántos de los presentes creían que se podía “tirar a Sobisch”. Éramos 1.500 personas y se levantan entre 50 y 80 manos. Fue un momento importante porque se clarificó la distancia entre el deseo y lo que realmente se puede hacer. A partir de ahí, sin bajar la bandera contra Sobisch por el Juicio y castigo, etc., había que encontrar una salida a la demanda salarial. El conflicto había adquirido como dos puntas: el reclamo salarial que le había dado inicio, y una lucha por el juicio y castigo a los responsables de la muerta de Carlos (y que continúa en la actualidad). En este sentido está conformada la COCAPRE (Comisión Carlos Presente).

Se llegó finalmente al acuerdo salarial. Era bastante bueno porque es integral, es decir, para inicial, primaria, media y porteros. Se puso fin después de 54 días al conflicto.

“La vuelta a la escuela”

La vuelta a las escuelas fue muy dura, no tanto por el triunfo del Movimiento Popular Neuquino en las elecciones, ya que la mayoría de la militancia de ATEN era conciente de que sus fuerzas no se habían debilitado con la muerte de Carlos. El golpe más duro fue que el discurso del gobierno (que no en vano gobierna por 40 años) tenía arraigo popular y que vos te podías encontrar con padres de tus alumnos o con tus alumnos que te decían: “la culpa es de ustedes porque fueron a Arroyito” y ese tipo de cosas. Esto sí fue un golpe muy duro en muchos compañeros.

Esto provocó muchas licencias psicológicas de compañeros que no pudieron afrontar esta situación. Hay muchas muertes de la represión que uno asume como sus muertos ideológicos, pero otra cosa distinta es cuando esos muertos son personas de carne y hueso con las cuales te cruzabas todos los días. Eso subjetivamente es muy difícil de procesar. Más las circunstancias en que esto paso: un tiro por la espalda... etc.

La vida de la organización continúa. Lo de Carlos marcó mucho. Hubo un proceso interesante de afiliación durante el conflicto y en el posconflicto. Pero bueno ya hablé mucho tiempo…

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