“Es natural que me pregunte una vez más cómo hay que tender lo puentes, buscar los nuevos contactos, los legítimos (...) También vos tenés el problema del puente, tenés que encontrar la manera de decir inteligiblemente. ¿Cómo tender el puente, y en qué medida va a servir de algo tenderlo? La praxis intelectual (sic) de los socialismos estancados exige puente total; yo escribo y el lector lee, es decir que se da por supuesto que yo escribo y tiendo el puente a un nivel legible.¿Y si no soy legible, viejo, si no hay lector y ergo no hay puente? Porque un puente, aunque se tenga el deseo de tenderlo y toda obra sea un puente hacia y desde algo, no es verdaderamente puente mientras los hombres no lo crucen. Un puente es un hombre cruzando un puente, che.
Julio Cortázar, 1973.
“El libro de Manuel”
Queremos empezar este nuevo número de “El Machete” con unas reflexiones leídas en la presentación de la revista el 6 de Diciembre de 2007, en parte porque queremos contar algunos cómos y por qués de ese encuentro, y en parte para compartir los fundamentos del nombre, que en el número anterior no lo hicimos. Encontrarán más adelante estos motivos narrados por Damián, que junto con otr@s compañer@s nos acompañó tanto en la elaboración de la revista como en la presentación... que por cómo fueron pensadas –revista y presentación-, forman parte de lo mismo: de una búsqueda de espacios y tiempos donde encontrarnos, pensar, compartir, cuestionar y proponer.
El encuentro nos llevó un tiempo de preparación para garantizar las pizzas y vinos, acercar las invitaciones, difundir hora y fecha, ambientar el aula –en un intento de resignifación del espacio universitario-, disponer instrumentos y sonidos para l@s músic@s, entre otras. Estas cosas, a nuestro entender hacen a la esencia y objetivo esa búsqueda: producir encuentros y comunicación entre saberes, compartir emociones, resignificar intercambios y la propia idea de aprendizaje desde experiencias concretas. Y así se fue dando lugar a un diálogo con integrantes de Alto Voltaje (grupo de hip-hop de Villa Argüello) que después de bailar y cantar las letras que ellos componen, nos contaron cómo y por qué se habían empezado a juntar; con José Kiefel, docente en el nivel medio y activista sindical, organizado en la agrupación de trabajadores “
José nos habló de la esperanza que encontraba en estas iniciativas, en relación con las tempestades que a veces se viven en el sistema educativo y animaba de un modo muy particular y emotivo a los y las presentes a militar la idea de pedagogía de la esperanza con Freire; Flor y Juliana resaltaban estos espacios como ámbitos de sistematización y socialización de nuestras experiencias, es decir, como instancias de producción de teorías necesarias en las prácticas de educación popular; María del Carmen remarcó la coherencia política de cada una de las notas de la revista, como así también de ese encuentro (refiriendo sobre todo al protagonismo de los chicos de Alto Voltaje), y nos invitó a pensar una y otra vez la idea de Machete como herramienta...
Ciertamente, estos y otros conceptos fueron considerados cuando comenzamos a pensar este nuevo número, que también es un nuevo espacio... Sobre todo porque contamos con la incorporación de nuev@s macheter@s al equipo, entre los cuales saludamos el acercamiento de l@s docentes y trabajador@s (Ana, Jose y Vane), militantes de otras organizaciones barriales, de juego y recreación, estudiantes de letras y de ciencias de la educación.
Este nuevo número nos implica en serios desafíos, por un lado por el contexto histórico de ninguneo mediático y político de las problemáticas de la educación pública, donde el aniversario del asesinato a Fuentealba grafica en parte las políticas estatales para la educación; y por otro lado por la fuerte polarización subjetiva que se juega desde los medios de comunicación (claro que hay excepciones), signados por una especial mediocridad en la televisión y la radio (o estás con “el campo”, o estás con el gobierno) bloqueando las posibilidades de injerencia de gran parte del pueblo a partir de la manipulación de la información. Son a nuestro entender, serios desafíos en tanto nos obligan a pensar y repensar nuestro rol en la sociedad, y a plantarnos como productores, de manera de esclarecer las redes de poder hegemónicas a las cuales las ideas pedagógicas predominantes (crítica o acríticamente) responden.
Sostenemos todas las invitaciones que hicimos en el primer número: a pensar, producir, cuestionar, proponer, participar, comunicar, transformar. Y esperamos así, a la vez que educar y educarnos, podamos seguir tendiendo puentes... puentes “cruzables”, puentes que nosotr@s mism@s podamos y queramos cruzar.
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