sábado, 5 de abril de 2008

Día del Maestro

11 de Septiembre de 2007 // “día del maestro”
(discursos escolares que poco tiene que ver con Sarmiento)



>> Homenaje a educadores y educadoras
Virginia Henry – Escuela nº 6 “Gabriela Mistral” de Berisso

Pensando en algunas palabras para leer en el día del maestro me surgieron dos preguntas: ¿A quién homenajear verdaderamente en este día? ¿No será que tendremos que empezar a ampliar la mirada y valorar el trabajo de hombres y mujeres que se entregan en la tarea de educar y no se encuentran sólo en las escuelas? Me pareció entonces dedicar mis palabras a los educadores y educadoras de la vida, a los que están en las aulas pero también a los que están en los talleres, en los barrios, a los que dios nos regala en la vida.
Pensé en hombres y mujeres que apasionadamente le ponen el cuerpo y el alma a una de las tareas más generosas que conocemos: la de compartir, distribuir, no guardarse nada de lo que saben, sienten y aprendieron.
Pienso en hombres y mujeres que te ayudan a descubrir y a abrir caminos, que impulsan sueños, que descubren energías en nosotros y ayudan a que las liberemos creativamente. Pienso en hombres y mujeres que acompañan aprendizajes sin invadir, que escuchan secretos sin moralizar, que corrigen sin acusar ni culpabilizar. Pienso además en aquellos y aquellas que entienden miradas, que extienden abrazos, que nos regalan palabras tan dulces y sanadoras como sacudidoras. Hablo también de los y las que ponen las fichas en nosotros cuando nadie pagaría un centavo. Hombres y mujeres apasionados y que saben despertar pasiones, que disfrutan y enseñan a disfrutar del conocimiento, el arte y la cultura. Hombres y mujeres que nos abren las puertas para ir a jugar, que dibujan con nosotros rayuelas de vida, que nos invitan caramelos de esperanza y le cantan “piedra libre” a la indiferencia, a la resignación y al olvido. Hablo de hombres y mujeres que promueven la pregunta, el asombro frente a lo cotidiano. Hombres y mujeres que entienden rebeldías, que trabajan con compromiso por la igualdad, la justicia y la libertad. Hablo de hombres y mujeres que se animan a pensarse y a pensarlo todo de un modo diferente y trabajan para construirlo aquí entre nosotros. Me pareció que era bueno terminar con unas hermosas palabras del gran educador brasilero Paulo Freire: (Los educadores) intervenimos en el mundo a través de nuestra práctica concreta, intervenimos en el mundo a través de la responsabilidad, a través de la intervención estética, cada vez que somos capaces de expresar la belleza del mundo. Justamente en la medida que nos tornamos capaces de intervenir, capaces de cambiar el mundo, de transformarlo, de hacerlo más bello o más feo, nos tornamos seres éticos (...) la tarea fundamental de educadores y educadoras es vivir éticamente, practicar la ética diariamente con los niños y los jóvenes. Lo importante es el testimonio que damos con nuestra conducta. Porque inevitablemente cada clase, cada conducta es testimonio de una manera ética o no de afrontar la vida.”
Me pareció importante también aprovechar la ocasión para recordar al docente Carlos Fuentealba, asesinado este año en Neuquén.
A él y a todos aquéllos y aquéllas que piensan la tarea de educar como una actividad ética, política y espiritual de transformación mis palabras de homenaje en este día.

>>> Sarmiento ¿autor intelectual?
José Kiefel – Escuela Media Nº 26

En esta fecha, históricamente, se asocia la figura de Sarmiento a la tarea docente, la educación del pueblo, el sistema educativo nacional y la importancia de llevar a cada rincón de la patria una escuela… Durante mucho tiempo los docentes nos hemos formado en el paradigma de la escuela de Sarmiento….
Hoy simplemente quisiera puntualizar otros aspectos de nuestra labor, tal vez ya escuchados, pero que vale la pena volver a pensar…. ¿Quién era el pueblo de Sarmiento? ¿Dónde estaban depositadas las esperanzas de este hombre? ¿Cuál era su proyecto de país y quiénes entraban en él? Tal vez llevar a fondo estas preguntas nos permitiría también entender mucho de la historia de nuestra escuela y del rol que se nos asigna a los docentes dentro de la sociedad capitalista.
Simplemente leer tres escritos de Sarmiento donde expresa sus ideas sobre lo americano, sobre el indio, sobre el gaucho… sobre la gente de esta tierra…
“Cualquiera que estudie los instintos, la capacidad industrial e intelectual de las masas en la Argentina, Chile y Venezuela y otros puntos, tiene ocasión de sentir los efectos de aquella inevitable pero dañosa amalgama de razas incapaces o inadecuadas para la civilización ¡Qué hábitos de incuria, que limitación de aspiraciones, qué incapacidad absoluta de industria, qué rebeldía contra todo lo que pueda conducirlas a su bienestar, qué endurecimiento en fin, en la ignorancia voluntaria, en la escasez y las privaciones de que pudieran si quisieran librarse; qué falta tan completa de todos los estímulos que sirven de aguijón a todas las acciones humanas! Educación Popular)”
Y en carta a Mitre después de Pavón “No trate de economizar sangre de gaucho. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de humanos” y otra vez a Mitre sobre el Chacho Peñaloza “Si se mata esa gente cállese la boca. Son animales bípedos de tan perversa condición que no se que obtenga con tratarlos mejor “
Lo americano es lo bárbaro y lo bárbaro no entra en la historia del mundo… La historia es Europa, es la civilización. Lo bárbaro es lo destinado al fracaso… En su proyecto no entran ni indios, ni criollos, ni toda esa gente de piel oscura de la América profunda… Si se da la posibilidad, no escatimemos esa sangre que es lo único que tienen de humano… Curiosamente la civilización de Sarmiento y de otros personajes destacados de la política y los medios de comunicación actuales (Bush, Macri, Sobisch) se construye sobre la muerte, la exclusión y la sangre ¿Qué tipo de civilización es ésta? Una civilización que viene chorreando sangre y lodo entre el lujo y el buen gusto… Y este proyecto persiste… Se sigue construyendo una aparente civilización a expensas de los que perdieron siempre. Se priorizan las necesidades del mercado por sobre el hambre de nuestros chicos… Vale más una ruta despejada que la vida de una persona… El gobernador de Neuquén cumplió con su deber, puso “orden”, tenía que garantizar la sagrada libertad de tránsito (sobre todo si se trata de mercancías, turistas o mano de obra barata).
Por eso hoy me parece importante rescatar la imagen y el camino emprendido por Fuentealba. Su esposa Sandra Rodríguez dijo de él:
”Quiero hablarles con la sencillez que siempre tuvo Carlos y con el respeto y la honorabilidad que lo caracterizó. (…) Porque era un hombre de campo, de principios, un hombre grande con mayúsculas. Es por ello que sus hijas y yo también lo somos y podremos continuar viviendo, debemos seguir viviendo. Como dijo mi hija, para hacer justicia, para que algo cambie en este mundo, el mundo en el que él creía que debía ser más equitativo y más digno. Él fue la mezcla de la naturaleza, de la gente, de la lucha, del esfuerzo diario.
Porque él fue un obrero, un empleado, un maestro, recorrió un camino largo para llegar a estudiar y ser maestro. Fue influenciado por mí y mis catorce años de docencia que tenía en aquel momento. Padecimos la pobreza bancándonos juntos para lograr nuestros sueños. Él, con dos títulos, y yo, con cuatro, como docentes todavía seguimos peleando el mango. Esto sólo lo pueden entender los trabajadores como nosotros, peleándolo de una sola forma, militando en la vida, en la calle. No hay forma de referirme a él mucho más que con esta palabra que aunque no me gusta es la verdad.
Fusilaron a mi Carlos y con él a toda mi familia.
Así también dio vida y dio fuerza a cada alumno, a cada compañero, a cada amigo, a sus familiares y a los trabajadores. No existe consuelo para esto, todos nosotros debemos ser responsables y luchar para que su muerte no quede impune. En este sentido exijo que el culpable que jaló el gatillo sea condenado. Cárcel. Y aquellos que ejecutaron las órdenes son tan responsables también.
Y al Señor Gobernador, como le dicen algunos, el que dio la orden, para mí esa orden fue como jalar el gatillo. Y si es tan responsable como dice, sabe que le cabe renunciar. Y si le duele tanto que mi Carlos, el maestro, haya muerto, es su deber moral hacerlo. Carlos me enseñó a no bajar los brazos... te lo digo Carlos, a vos mi amor, no los estoy bajando. Hasta siempre”.
En su accionar nos demostraba que creía que la verdadera barbarie es la que margina al otro, la que deja a padres de niños sin trabajos (de esos niños y jóvenes que llegan a nuestros colegios y que se nos pide formemos para el trabajo), la que acumula y muestra riqueza impúdicamente mientras otros se mueren de hambre, la verdadera barbarie es la que deja que la educación y la escuela se caigan a pedazos; la que considera que la educación es un privilegio sólo de los que pagan; la de los gobiernos que dicen que su prioridad es la educación y acusan a sus docentes de extorsionadores, o los matan o los pasan por arriba con una camioneta…
Contra esa barbarie luchaba y trabaja Carlos Fuentealba… en el aula y en la ruta y por eso también creo que nos abre un camino… Los docentes, como trabajadores de la educación, debemos aprender a sentir como propias las luchas del resto de los trabajadores, ocupados y desocupados, y defender el derecho que todos tenemos a resistir la opresión y construir un mundo mejor.
No es extraña la muerte de Carlos Fuentealba. Hay muchos que piensan que lo único que tienen de humano son la sangre y que poca cosa se pueden esperar de estos bípedos que cortan rutas, son muchos los que piensan en sacarse de encima los que ellos mismos generaron.
Tal vez parezca aventurada una idea que les quiero sugerir… estamos pidiendo el juicio y castigo por los autores materiales e intelectuales de este asesinato… Me pregunto si detrás de las armas que dispararon y disparan contra tantos Fuentealbas de nuestra tierra no están las ideas de personajes como Sarmiento. ¿Acaso no es Sarmiento también un autor intelectual? Sea como sea nuestro ser docente ya no debería beber en esta aguas recicladas del poder, ya no quiero cantar:
¡Gloria y loor! // Honra sin par // para el grande entre los grandes, // Padre del aula, Sarmiento inmortal!
Me parece que en Fuentealba hay otro camino, otra lucha, otra apuesta y es en esa fuente abonada con sangre (sangre india, criolla, latinoamericana y con orgullo) de donde podemos partir.

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